Ante los temores de una depreciación del peso mexicano frente al dólar en los siguientes meses, economistas coinciden en que las posibilidades son bajas.
Hace unas semanas, trascendió un análisis la calificadora Moody’s en el que advierte que para finales de 2022, a lo largo de 2023 o inclusive hasta 2024, el peso mexicano sufrirá una “inminente” depreciación alrededor del 20% frente al dólar como parte de las consecuencias del apretamiento de la política monetaria de Estados Unidos.
Los especialistas explican que en el panorama actual, una depreciación del peso de tal magnitud no está en los escenarios centrales del mercado de analistas nacionales y extranjeros.
En la más reciente encuesta de expectativas del Banco de México (Banxico) la proyección del tipo de cambio frente al dólar se ubicó en 20.40 pesos para 2022, y en 21.03 pesos para 2023. Dichas estimaciones contrastan con la proyección de Moody’s, en la que prevé que el peso pasaría de un nivel de 20 pesos a 24 pesos frente al dólar.
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“En el año solo el 12.3% de los días ha cerrado por arriba de 20.60 pesos y solo el 5.7% de los días ha cotizado debajo de 19.80 pesos por dólar. Esto hace poco probable que el peso muestre una depreciación acelerada (mayor a 5%) en los siguientes 12 meses, bajo un escenario central”, señaló en un reporte Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico-Financiero en Banco Base.
¿Qué dice la historia sobre la depreciación?
En los periodos históricos en los que el peso se ha depreciado en 10% o más, están relacionados con eventos que han tomado por sorpresa al mercado o han afectado el potencial de recepción de divisas de México, detalla la economista.
Por ejemplo, en un escenario en el que se apliquen sanciones comerciales fuertes, el tipo de cambio podría subir a 21 pesos por dólar.
En el caso en que se den otras circunstancias más adversas, como una posible salida de México del T-MEC o aranceles de 25%, la pérdida del grado de inversión en la deuda soberana el país, políticas económicas internas que generen incertidumbre, recesión fuerte en Estados Unidos, escalamiento en la guerra o disminución del diferencial de tasa de interés entre México y Estados Unidos, ahí sí podrían observarse depreciaciones del peso frente al dólar mayores al 10%.
“Sin embargo, son escenarios que por lo pronto tienen baja probabilidad de ocurrencia”, enfatizó Siller Pagaza.
Por su parte, Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex opinó que la nota de Moody’s es “exagerada”.
“Nosotros no vemos esa posibilidad. Los fundamentales del peso siguen siendo muy sólidos. Hay elementos que explican la fortaleza del peso: remesas y turismo, junto con las exportaciones no petroleras marcan la pauta para tener una oferta de dólares muy buena, extraordinarias, y esto es lo que ha permitido que el peso se mantenga fuerte… (además) el hecho de que las tasas de interés estén elevadas, sean muy competitivas también hace que el peso se mantenga fuerte”, expuso.
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Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico en Monex, comentó que el argumento que Moody’s en el que plantea que, ante el incremento de la tasa de interés y una restricción monetaria, se estaría abriendo una salida de capitales, es difícil.
“Una depreciación en el tipo de cambio podría darse si se presenta una recesión en Estados Unidos vía menores exportaciones, menores remesas, menos inversión extranjera directa, menor turismo, pero en el caso de meramente por una salida de capitales, yo creo que sería difícil siempre y cuando se mantenga el diferencial entre las tasas de Estados Unidos y México, que actualmente se encuentra en 600 puntos base y que estimamos que se mantendrá así hasta que haya señales de que la inflación en México está empezando a descender”, expuso.
James Salazar, subdirector de Análisis Económico en CI Banco, indicó que el análisis de Moody’s está sustentado en episodios anteriores de la economía, bajo la lógica de que “si la historia se repite”, pero la realidad es que nunca había acontecido una crisis como la pandemia y elevados niveles de inflación.
“Digamos que no puedes tratar de suponer un comportamiento con base en lo que sucedió en esa crisis, porque lo que estamos viviendo actualmente después de la pandemia, nunca lo habíamos estado observando, son condiciones atípicas, no se puede modelar y buscar un pronóstico en ese sentido”, refirió.
GR