Las remesas a México durante septiembre sumaron cuatro mil 976.5 millones de dólares, el mayor nivel para un noveno mes del año desde 1995, cuando se inició el registro, según cifras desestacionalizadas de Banxico.
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El monto significó un crecimiento de 4.24% respecto al mes previo y se dio luego de la contracción de 5.41% en agosto. Además se trató de la mejor variación mensual para un mes de septiembre desde 2016.
Respecto al mismo mes del año pasado, estos flujos crecieron 14.21%, muy superior a la tasa anual de agosto que fue 6.30%.
Con cifras originales (sin eliminar factores estacionales), las remesas sumaron cinco mil 30.8 millones de dólares, lo que significó una caída de 1.77% respecto al periodo anterior y la segunda contracción al hilo.
Banco Base indicó que a pesar de la contracción mensual, el desempeño es positivo, ya que usualmente en septiembre las caídas son mayores a lo reportado esta ocasión. En los 10 años anteriores, durante septiembre se observó una caída promedio de las remesas de 5.11% mensual.
A tasa anual, los envíos aumentaron 14.10%, un salto considerable respecto al 7.85% de agosto. Además, con el dato de septiembre se acumularon 29 meses con crecimientos bajo esta base de comparación.
Entre enero y septiembre, Jalisco, Michoacán y Guanajuato se mantuvieron como las entidades que más remesas reciben. En 2021, Jalisco captó el 10.1% del total de los flujos, Michoacán el 9.7%, y Guanajuato el 8.4%.
El área de estudios económicos de BBVA México destacó el crecimiento de las remesas a Chiapas en los últimos dos años. Entre 2020 y 2021 los flujos crecieron 65.7%, y durante los primeros nueve meses de 2022 tuvieron una expansión de 67.1% a tasa anual.
Señaló que la entidad ocupaba la posición 14 en 2020 entre las entidades más receptoras, en 2021 subió al lugar 10, y en lo que va de este año ya ocupa el sitio número seis.
“Es posible que el flujo de remesas que perciben los migrantes para su tránsito en México expliquen parte de este crecimiento”, apuntó.
Banco Base agregó que desde el inicio de 2022 las remesas han frenado su ritmo de crecimiento comparando tasas anuales, y entre las razones mencionó el deterioro del sector inmobiliario en Estados Unidos, a medida que se reduce la demanda por vivienda, la cautela de los consumidores frente el riesgo de una recesión en Estados Unidos y afectaciones al ingreso real de los trabajadores en ese país debido a la alta inflación.
Destacó que a diferencia de la recesión de 2020, ocasionada por un colapso de la oferta y acompañada de una menor inflación, una próxima recesión se originaría por una contracción de la demanda, en un esfuerzo por reducir las presiones
inflacionarias.
Por ello, no se anticipa que la Reserva Federal, que hoy anuncia su decisión de política monetaria, adopte una postura monetaria flexible, y es poco probable que el Gobierno de Estados Unidos adopte una postura fiscal expansiva con programas similares a los establecidos en 2020 durante las etapas más críticas de la pandemia por Covid-19.
“Debido a que la economía de Estados Unidos enfrenta riesgos a la baja, podría seguir desacelerándose el flujo de remesas en 2023”, consideró.
LEG