El viraje que tiene América Latina hacia la izquierda populista habla del cansancio de su población hacia la política ortodoxa, de siempre.

Las cinco economías más potentes de América Latina, México, Colombia, Argentina, Chile y ahora Brasil, han dado un giro hacia esa izquierda populista.

Lo importante es que esas economías no cayeran en el populismo porque solo conduce a la equivocación y al colapso económico. No hay más que verse en el espejo de Venezuela.

A Brasil llega de nuevo un Lula que pretende transitar de una izquierda más radical hacia el centro democrático. Eso sería un acierto después de su pasado de supuestas corruptelas que debe de borrar. Primero fueron algunos parlamentarios a los que supuestamente se sobornó. Luego su sucesora, la antigua presidenta Dilma Rousseff fue acusada y procesada también por cargos de corrupción.

El nuevo Lula viene con diferentes frentes que tiene que intentar arreglar. Algunos de ellos hoy parecen irresolubles. Por una parte, la inseguridad en un país con uno de los índices de criminalidad más altos del mundo o la enorme polarización que ya existía debido a la desigualdad lacerante que vive Brasil. Esa polarización se acrecentó de una manera relevante en la campaña entre Bolsonaro y Lula con sus ideas antagónicas y su juego sucio.

También el tema medioambiental en un país que tiene el pulmón más importante del mundo con la Amazonia pero también con una importante deforestación.

Bolsonaro, por su parte, no ha perdido o no ha perdido del todo. El gobernador electo de Sao Paulo, de Freitas es una persona muy cercana a Bolsonaro y será un gran contrapeso ante la nueva política de Lula.

Conviene recordar que Sao Paulo representa el gran motor económico de todo Brasil. Pero más allá de lo que han sido las elecciones el nuevo presidente Lula tendrá que desmarcarse del resto de los presidentes populistas latinoamericanos.

Mundo y medio está pendiente de Brasil. Es la pieza económica más importante de América Latina con una masa social que no alcanza ningún país del continente latinoamericano. Por eso tendrá que tener mucho cuidado en sus giros democráticos para no transitar hacia posturas populistas como lo están haciendo el resto de sus homólogos.

Brasil necesita generar confianza a la comunidad internacional y especialmente a los mercados y eso sólo lo va a poder realizar desde posturas serias y eclécticas que ofrezcan seguridad. Y todo ello tendrá que hacerlo para que tampoco se vaya el capital brasileño a otros países como está pasando en algunas latitudes del continente latinoamericano.

América Latina está pasando por un momento muy difícil, el viraje que han dado hacia la izquierda populista muchos países latinoamericanos es innegable. Ninguna de esas políticas han sido eficaces, por eso el mensaje de Lula ahora tiene que ser sereno y convincente.

 

@pelaez_alberto