Alfa Romeo Stelvio
Foto: Norma Hernández / Existen piezas en el mundo automotriz que son difíciles de igualar o comparar como Alfa Romeo Stelvio en su versión QV, la cual está enfocada en un desempeño para la alta competencia  

Existen piezas en el mundo automotriz que son difíciles de igualar o comparar como Alfa Romeo Stelvio en su versión QV, la cual está enfocada en un desempeño para la alta competencia siendo el SUV comercial más potente en el orbe.

Para este año apreciamos un color muy peculiar denominado Verde Montreal, el cual resalta una carrocería que de inmediato es un imán de miradas con la característica parrilla triangular con una fascia prominente rematada con las tomas de aire laterales y embellecida con una faros largos de tecnología bi-xenón.

Evidentemente llama poderosamente la atención las ventilas sobre el capó que le dan un aspecto de rudeza y que ayudan a refrescar el motor: un poderoso V6 biturbo que desata las cualidades más salvajes de Stelvio.

A lo largo de su estructura, no vemos florituras, al contrario, se mantienen trazos simples que benefician la aerodinámica del vehículo para llegar a la parte trasera, en donde encontramos la musculatura más notoria.

Spoiler por encima del medallón, faros horizontales y una fascia que impone para enmarcar una doble salida de escape a ambos lados, así como un difusor.

Si el exterior encanta, el interior termina por cautivar y completar una experiencia que si bien es para atrevidos, también aporta el toque glamuroso, al estilo italiano.

Volante con corte horizontal inferior, multifunción, paletas de cambio detrás de metal y tamaño sobredimensionado. Dos cosas que le dan el plus son la inserción de fibra de carbono y el botón de encendido en la parte inferior izquierda.

Clúster análogo para mantener la esencia racing y una pantalla central digital para tener la información necesaria del vehículo, pantalla táctil horizontal con gran resolución, climatizador de doble zona, portavasos, palanca de cambios, joystick para el control, de la pantalla y perillas para volumen y modos de manejo. Una suite de comandos que resalta sobre una superficie de fibra de carbono.

Este mismo recubrimiento lo encontramos sobre puertas, tablero y en la parte posterior de los asientos de la fila delantera, mismos que son tipo cubo con vestiduras en piel y alcantara. La sujeción es impresionante.

El espacio es bastante bueno igualmente en la segunda fila de asientos, donde una persona hasta de 1.80 m viajará cómodamente, mientras que en la cajuela, convivimos con la llanta de refacción de tamaño completo y todavía un buen espacio para equipaje.

¿Qué se siente empujar el acelerador de Stelvio QV? Sencillamente es una experiencia llena de adrenalina que pronto va a cambiar ante la inminente evolución a la motorización electrificada.

Un empuje inmediato en el que se siente el torque del V6, mientras que la potencia se mantiene de manera uniforme hasta alcanzar en cuestión de un guiño, más de 100 km/h. En el modo race, se disfruta con creces, aunque se debe tener cuidado, pues se alcanzan velocidades muy altas.

Uno de los aspectos que maravilla es la frenada. Contundente, no brusca. El sistema Brembo de competencia no deja espacio para una colisión y de solo ver el tamaño de los calipers entre los majestuosos rines, se da uno cuenta del poder.

Es una conducción que se vuelve adictiva. Stelvio QV va bien plantado, traccionando muy bien y sin temor afronta las curvas, sobre las que es un espectáculo, al igual que en pendientes o rectas.

¿Qué es lo que lo hace para pocos? El precio, pues son más de dos millones de pesos, que si bien están más que justificados, no es una cifra que todos deseen aportar.

Igualmente, los consumas. Quien adquiera esta belleza debe ser consciente de que el combustible volará, pero para quien esté dispuesto a vivir una experiencia excepcional, no lo notará.

LEG