A diez días del asesinato de Ángel Ramón, a manos de policías municipales de Chimalhuacán, familiares del joven de 22 años, exigieron a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) esclarezca los hechos y detenga a los uniformados que habrían participado en el homicidio.
La noche del pasado viernes 11 de noviembre, oficiales de la patrulla 210 pretendieron revisar a Ángel Ramón, cuando caminaba por la avenida central en Villas de San Lorenzo.
Deysi Colín Gómez, madre del ahora occiso, dijo que con lujo de violencia trataban de subirlo a la patrulla y, al oponerse, lo comenzaron a golpear, y ya en el suelo, uno de los policías le disparó dejándolo malherido.
“Nunca permitieron que nos acercaramos a él para auxiliarlo, pues se estaba ahogando con su propia sangre, incluso, llegó una ambulancia, pero en vez que se lo llevaran en la unidad, los policías lo cargaron y aventaron a la batea de la patrula y se lo llevaron al hospital 90 Camas”, relató la madre del joven.
Agregó que en ese hospital no lo quisieron recibir y ya, finalmente, se lo llevaron en una ambulancia al “Gustavo Baz Prada”, del Bordo de Xochiaca, en Nezahualcóyotl, donde murió minutos después.
Deysi Colín sospecha que durante el trayecto al nosocomio pudieron haberle disparado en otras dos ocasiones, para rematarlo, “porque no les convenía que mi hijo sobreviviera ya que diría cómo fue el actuar de los policías y los responsabilizaría de la agresión”.
Exigió a la FGJEM que esclarezca el homicidio de su hijo y se castigue a los cinco policías de la patrulla 210 que participaron en la agresión.
También demandó a la alcaldesa morenista, Xóchitl Flores, que colabore con Fiscalía y brinde la informacion necesaria para que el homicidio de Ángel Ramón no quede impune.
Asaltos afectan a comensales
Este fin de semana, comensales de restaurantes fueron víctimas de asalto en Celaya, Guanajuato, y en Cuernavaca y Cuautla, Morelos.
Por lo menos seis hombres armados irrumpieron en Néctar Tropikal (sic), ubicado en la colonia Pradera de Cuernavaca, y despojaron de sus pertenencias a alrededor de 50 clientes. “Fue horrible ver a un mesero lastimado y chicas llorando”, dijo un testigo.
La inseguridad también provocó el cierre definitivo de El Zarandeado, un local de mariscos, en Cuautla. “El Gobierno no ha hecho nada para combatir esta violencia”, denunciaron.
En Celaya, Guanajuato, dos sujetos asaltaron a clientes de telefonía en un Sanborns.
LEG