Las banderas palestinas ondean por todas partes en Catar mientras los hinchas israelíes mantienen un perfil bajo, reflejo del conflicto palestino-israelí en el primer Mundial de fútbol que se disputa en el mundo árabe.
Aunque varios países árabes normalizaron sus relaciones con Israel durante los últimos años, sus habitantes continúan defendiendo la causa palestina.
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Así quedó reflejado durante el Mundial de Catar, donde muchos de los aficionados de estos países se niegan a hacer declaraciones para cadenas israelíes y hacen proclamas de “viva Palestina“.
“Solo existe Palestina, no existe Israel. No eres bienvenido aquí”, dijo un aficionado saudí al periodista Moav Vardi, de la cadena israelí Kan, en un video grabado por la AFP y visto más de 5,2 millones de veces en Twitter.
“Es muy difícil de trabajar aquí”, reconoció a AFP Moav Vardi, quien dijo entender la rabia del mundo árabe tras décadas de colonización y ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel, una práctica considerada ilegal por la comunidad internacional.
Durante la Copa del Mundo, que durará hasta el 18 de diciembre, numerosos cataríes colgaron banderas palestinas en sus vehículos.
Algunos aficionados locales en Catar, que no mantiene relaciones oficiales con Israel, llevaron en las gradas brazaletes con la misma estética que la kufiya (pañuelo palestino).
También resultaron habituales los cánticos a favor de la causa palestina en las áreas de aficionados en Doha.
“Ocasión de oro”
“Algunos extranjeros no conocen la bandera palestina y nos hacen preguntas”, explica Yahya Abu Hatach, un palestino de 33 años que vive en Doha.
“Es una ocasión de oro para reivindicar nuestra causa”, presume este aficionado, que lleva una camiseta de la selección de Catar y una bandera palestina.
El estandarte palestino representa “la resistencia pacífica para expresar nuestro rechazo a la normalización de un país que ocupa Palestina“, afirma Suhaib al Isa, un jordano de 16 años.
Las autoridades cataríes, que suelen reivindicar su apoyo a los palestinos, no siguieron el ejemplo de Baréin y Emiratos Árabes Unidos, dos de sus países vecinos que normalizaron sus relaciones con el Estado hebreo en 2020.
Haim, un aficionado israelí que suele ser un habitual de los Mundiales de fútbol, explica que esta vez no llevó la bandera israelí, a diferencia de las otras ocasiones.
“Tengo la sensación de que asistimos a esta Copa del Mundo como si estuviéramos disfrazados. La atmósfera resulta hostil para nosotros”, asegura este hombre, de 57 años, que también se sacó la estrella de David que solía llevar enganchada al codo.
El gobierno israelí recomendó a sus conciudadanos que no muestren “símbolos” judíos o israelíes durante el Mundial.
Vuelos directos
Para asistir a la cita mundialista, Haim tomó un de los vuelos directos fletados específicamente entre Israel y Catar para el acontecimiento.
En total, unos 10.000 israelíes viajarán a este país del Golfo, según el diplomático Alon Levy, que garantiza los servicios consulares a los israelíes durante el Mundial, que concluirá el 18 de diciembre.
La FIFA se felicitó por estos vuelos directos entre Tel Aviv y Doha, autorizados por parte de Catar con la condición de que los palestinos puedan utilizarlos con la misma facilidad que los israelíes.
No obstante, la mayoría de los palestinos que viajan a Dohan lo hacen pasando por Jordania o Egipto, puesto que Israel restringe el acceso al aeropuerto Ben Gurion, explicó a AFP un dirigente palestino.
Ningún palestino viajó en los dos primeros vuelos entre Tel Aviv y Doha, aunque está previsto que sí lo hagan en un tercero, indicó un responsable de las entradas.
Cerca de 250.000 palestinos viven en Catar, un país que solo cuenta con tres millones de habitantes, la mayoría de ellos extranjeros.
LEG