La sequía de gol en la selección mexicana y por fin, tras cuatro juegos mundialistas, la afición tuvo una probadita del triunfo mundialista.
Bajo un ambiente de constantes altibajos emocionales, miles de fanáticos acudieron al Fan Fest para apoyar a la selección mexicana, quien debía golear a Arabia para avanzar a octavos.
Los seguidores se superaron y además de penachos, máscaras de luchadores, banderas y turbantes árabes, ahora llegaron con botargas y trajes típicos, aunque, eso sí, todos portaban la playera de la selección mexicana, en sus diferentes versiones.
Con un entusiasmo cauteloso, los miles de aficionados lanzaban porras, esperando lo mejor, pues la permanencia del equipo nacional en la Copa del Mundo dependía de las matemáticas futbolísticas. No obstante, en sus cánticos y festejos estuvieron llenos de esperanza.
Tras un tenso primer tiempo, en el que ningún equipo metió gol, los espectadores aún confiaban en la victoria mexicana, pero, sobre todo, en la permanencia en la Copa, pues de manera simultánea, en otro estadio qatarí, Messi, quien anteriormente había menoscabado el entusiasmo tricolor, falló un penal contra Polonia.
El medio tiempo dio un respiro para que la afición renovara los ánimos, por lo que cuando volvieron a la cancha los jugadores, la porra “¡Dale, dale, dale México!” estalló.
Fue en el minuto 47 que gritos ensordecedores llenaron el lugar. Henry Martín había anotado el primer gol. Los fanáticos mexicanos se abrazaban, ondeaban la bandera, alzaban el puño y, los que podían, corrían e, incluso, hacían piruetas.
Apenas estaban dejando de celebrar, cuando, tan sólo cinco minutos después, Luis Chávez hizo otra anotación en la portería árabe.
La algarabía se encendió otra vez, aunque fue mermando con los goles anulados y con el anuncio de que Argentina no podía meter el tercer gol, que le daría el pase automático al Tri.
El tiempo reglamentario acabó y no caía el tercer tanto, lo que desencajó a muchos y terminó de desmoralizar con el gol árabe.
Con caras largas, insultos, pataletas y una que otra lágrima, la afición recibió el hecho y la mayoría empezó a retirarse de inmediato, a pesar de que posteriormente se presentaría Mi Banda el Mexicano.
Pese a que algunos fanáticos se mostraron tranquilos y señalaron que “así es esto del fútbol”, muchos otros reconocieron sentir una gran decepción por la Selección Mexicana.
Sin el ya clásico cuarto partido, a muchos de los presentes solo les quedó reconocer el esfuerzo realizado por el Tri, aunque en algunos casos la eliminación en esta instancia, los llevó a una reflexión sobre los cambios de fondo que solicitan a quienes controlan el futbol nacional.
LEG