Issei Sagawa murió de neumonía a los 73 años de edad, la justicia de Japón lo dejó libre luego de “cerrarse el caso”.
También conocido como “El Vampiro de Japón” murió a los 73 años tras debido a que sufría de un neumonía que lo tenía postrado en cama por bastante tiempo, esto de acuerdo con el medio Kyodo.
Sagawa murió en un hospital de Tokio este 24 de noviembre, pero la noticia se difundió hasta estas fechas. A su funeral asistieron sus familiares y su hermano confirmó la causa de la muerte en un comunicado.
Sin embargo, la mayoría de las personas lo recordarán por los hechos atroces que cometió en París, Francia.
¿Quién era Issei Sagawa?
Issei nació en Kobe, Japón el 26 de abril de 1949. Al nacer los médicos le diagnosticaron un “complejo de inferioridad física” ya que era muy pequeño y le pronosticaron pocos años de vida.
Pero a pesar de su condición física Sagawa resistió y salió adelante aún y cuando solo medía un metro con 51 centímetros de altura y apenas pesaba 51 kilogramos.
Issei Sagawa nació en una familia muy bien acomodada económicamente en Japón por lo que decidió estudiar Literatura inglesa en la secundaria.
Esto se debió porque desde pequeño le fascinaban las mujeres extranjeras, ya que eran altas y eso lo maravillaba, esto de acuerdo con entrevistas que ofreció para medios.
Una vez que estuvo en la etapa de la pubertad, empezó a desarrollar fantasías sexuales enfermizas por lo que acudía con prostitutas para cumplir sus deseos carnales.
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En ese tiempo también sintió “deseos caníbales” pero lo avergonzaban, sin embargo con el paso del tiempo logró perfeccionar sus instintos más ruines al tal grado de materializarlo.
En 1981 Issei decidió estudiar la carrera de Literatura Comparada en la universidad de la Sorbona, en París, Francia.
Allí se encontró con una compañera con la cual se obsesionó en demasía. Se trataba de la joven neerlandesa Renée Hartevelt.
Sagawa citó a Renée a su alcoba para hacerle un proposición indecorosa la cual la joven europea rechazó.
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Ante la negativa, la mente de Issei Sagawa explotó, tomó una carabina, y le disparó en la nunca, por si eso fuera poco, una vez que quedó inerte el cadáver de la neerlandesa, optó por violarla.
Luego despedazó el cuerpo de la joven conservando parte en el frigorífico para luego cocinarlos y devorarlos.
Con cada bocanada de carne humana que se llevaba Issei, también pensaba cómo deshacerse de los restos. Él tomó un par de maletas, metió los huesos y parte de tejido para luego arrojarlos en un frío lago parisino.
Sin embargo, algunos testigos dieron aviso a la policía al ver que Sagawa dejó dos maletas en el lago Bois de Boulogne, por lo que tiempo después lo detuvieron.
En el juicio se determinó que el joven era un enfermo mental y por ello no pisó la cárcel, sin embargo quedó recluido en el sanatorio mental de Francia.
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En agosto de 1985 fue deportado a su natal Japón. Una vez ahí las autoridades niponas decidieron que Sagawa no requería estar internado ya que no lograron recuperar la carpeta de investigación hecha por las autoridades francesas y así el caso quedó cerrado.
Issei Sagawa quedó en libertad, pero los familiares de Renée presionaron a las autoridades del sol naciente para que este caso no quedará impune, pero eso no ocurrió.
La historia del “Caníbal de Kobe” trascendió fronteras y esto lo aprovechó Sagawa quien no ocultó su crimen e incluso hizo un libro de sus memorias llamado “En la Niebla”.
Dicho libro contaba a detalle como Issei cometió la barbarie contra aquella joven neerlandesa.
También ofreció una entrevista para el medio VICE hace 10 años en el cual dijo: “Mi deseo de comer una mujer se convirtió en una obligación”.
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En 2019 salió a la luz el documental “Caniba”, Issei Sagawa apareció ahí. Dicho largometraje presenta la perspectiva del asesino y caníbal en el acto, pero se manejó que no se tomará como apología a cometer crímenes de lesa naturaleza.
Sagawa también incursionó en la pintura en la cual pintó a mujeres, todo desde la perspectiva de una mente retorcida cuyo auto devoró a una chica neerlandesa.
Por todo esto, Issei Sagawa se convirtió en una celebridad que cruzó fronteras.
Sin embargo, en los últimos años de vida del japonés, recibió el apoyo de su hermano Jun, ya que yacía en una silla de ruedas y decidió alejarse del resto de su familia en Tokio.
LEO