En la antesala de la discusión en el pleno de la Cámara de Diputados de la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, los partidos políticos de oposición rechazaron el acoso y la violencia política, acusaron que está ejerciendo el Gobierno de México para presionarlos y obtener los votos necesarios que les permita aprobar la iniciativa.
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Al respecto, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, advirtió que no cederán “a los chantajes, ni amagos del Gobierno federal, aun cuando tramposamente pospusieron la discusión, para ganar tiempo y seguir presionando a los partidos opositores”.
Advirtió sobre “el enorme riesgo, ilegal y anticonstitucional que López Obrador pretenda tomar control del padrón electoral a través de la Secretaría de Gobernación. Con esto solo demuestra que quiere manipular las elecciones para convertirse en el poder detrás del trono, y que tiene el mismo sueño que Echeverría y Salinas”, destacó.
El dirigente panista acusó que Morena decidió postergar la discusión de la iniciativa de reforma electoral del Presidente con el pretexto de tener más tiempo para el análisis, pero la realidad es que no cuenta ni siquiera con los votos de sus partidos aliados.
En tanto, la secretaria general del PRD, Adriana Díaz, acusó al gobierno de “usar las instituciones para espiar a los opositores, presionarlos, chantajearlos y obtener por la fuerza los votos o anuencia de los legisladores, atenta directamente contra el Estado de derecho y el principio republicano de división de poderes”.
Para la lideresa perredista, las presiones contra Alejandro Moreno, presidente y diputado federal del PRI, recientemente amenazado con el desafuero y la cárcel, genera más polarización y pone candados a la posibilidad de alcanzar un acuerdo político que permita reformas verdaderamente democráticas.
Exigió detener la violencia política contra las y los legisladores de oposición; llamó al Presidente a asumir su responsabilidad como jefe de Estado de la República y restablecer el diálogo con todas las fuerzas políticas para avanzar en la democracia.
Al respecto, el presidente del PRI, Alejandro Moreno, advirtió que está firme y no se irá a ningún lado, ante la amenaza de Morena de llevar adelante un proceso de desafuero en su contra, a fin de presionar para que se apruebe su reforma electoral.
Aseguró que “la posición del PRI es clara y contundente: votaremos en contra de la reforma electoral”.
Moreno argumentó que el Gobierno se ha empeñado en destruir el régimen democrático, en alterar el equilibrio de poderes y en debilitar a cualquier institución que represente un contrapeso a su ambición de amasar y centralizar el poder.
FRASE:
“¿Para qué quiere el padrón electoral en manos de Gobernación? Pues para repetir las viejas prácticas y las dádivas para garantizar votos al partido oficial” Marko Cortés. Líder nacional del PAN
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