¡Todo lo que no ha sucedido en 200 años de relaciones de México con Estados Unidos!

En lo que revisamos la historia de esos dos siglos, estos dos países inician hoy el primer día del año 300 y lo hacen con una declaración conjunta de los dos gobiernos donde, además de la referencia histórica a aquel 12 de diciembre de 1822, hacen un recuento de los temas comunes.

Frontera, seguridad y comercio, asuntos bilaterales permanentes que llevan a las dos partes a declarar que van a mantener la cooperación plasmada en la Declaración sobre Protección y Migración de Los Ángeles. Sí, de esa reunión que boicoteó el presidente Andrés Manuel López Obrador porque no invitaron a los dictadores del continente.

Está, por supuesto, presente el tema comercial con las siglas del acuerdo trilateral por delante. Una comunicación bilateral que deja ver las preocupaciones de ambos lados de la relación.

Lo mismo dice que el T-MEC aborda temas económicos y comerciales, incluyendo asuntos agrícolas. Vaya anotación cuando desde las creencias de la 4T se busca limitar la importación de uno de los productos estrella de los granjeros estadounidenses, como lo es el maíz amarillo.

Y sigue el texto con el subrayado de que el acuerdo comercial incluye también los temas medioambientales y energéticos, ambos preocupaciones centrales del Gobierno de Joe Biden sobre la forma en que ha procedido el régimen de López Obrador.

Del otro lado, como uno de los temas centrales de la agenda de la 4T, la declaración conjunta dice que la relación bilateral debe estar cimentada en la confianza y el respeto mutuo a las soberanías. Clara obsesión del Gobierno mexicano.

Otro párrafo de clara inclusión por parte de La Casa Blanca es aquel que habla de enfatizar el compromiso bilateral de fortalecer los esfuerzos para proteger el medio ambiente, combatir la crisis climática y promover la transición hacia energías limpias y vehículos eléctricos. Todo eso que le pasa de noche al régimen mexicano.

Es un documento diplomático firmado por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard y el asesor del presidente Biden para temas del continente americano, Christopher Dodd.

¿Habría sido mejor que por parte de Estados Unidos lo firmara el secretario de Estado, Antony Blinken?

Seguramente sí, porque parecería ser la contraparte del canciller Ebrard, pero desde esa oficina de Gobierno estadounidense han hablado de otro tema que seguramente quisieran incluir hoy en un comunicado conjunto y tiene todo que ver con la democracia.

Un punto central de la preocupación política de los Estados Unidos respecto a su socio del sur, en ese país con el que comparte todo lo que señalan puntualmente en esta declaración, es el futuro de la vida democrática mexicana.

Como pocas veces, hoy sí se habla de México en Estados Unidos. Está presente el tema mexicano en los medios de comunicación por la intentona de López Obrador de cambiar las reglas electorales con claros fines de apropiarse de sus resultados y del poder.

La palabra democracia no está en la declaración conjunta con motivo del 200 aniversario de la relación bilateral, pero eso no implica que para los del norte ese no sea un asunto básico, no dentro de cien años, sino en estos días y meses que son determinantes.

    @campossuarez