En un acto simbólico, el gobierno de Kosovo ha solicitado oficialmente el ingreso de su nación a la Unión Europea (UE). El documento fue firmado por la presidenta Vjosa Osmani, el primer ministro Albin Kurti y el presidente del parlamento Glauk Konjufca, en la capital Pristina, este miércoles.
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Al respecto, Osmani, de 40 años, dijo: “Hoy es un día histórico (y) estamos dando un paso decisivo hacia el cumplimiento del sueño: acercar más a nuestro país a la UE. Para Kosovo, no hay otra alternativa”. Por su parte, Kurti afirmó que “el progreso (hacia la membresía en la UE) dependerá de nuestro compromiso con reformas profundas y transformadoras que fortalezcan nuestra democracia y economía”.
La República de Kosovo es considerada por decenas de gobiernos como el Estado más joven de Europa. Esto, en razón de su declaración unilateral de independencia de Serbia proclamada en febrero de 2008 por la Asamblea de Kosovo, con el apoyo de más del 90% de los legisladores presentes en aquél momento.
Entre las naciones que reconocen la independencia kosovar se encuentran once del G20: Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Japón, Italia, Reino Unido, Corea del Sur, Arabia Saudita, Australia y Turquía. Los restantes nueve (China, Argentina, Brasil, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Rusia y España) no le han otorgado su reconocimiento por diversas razones.
En general, 117 países han reconocido a Kosovo como estado independiente, de los 193 que son miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En la actualidad, Kosovo, que es miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), tiene formalmente el estatus de “candidato potencial a la UE”; situación que comparte con Georgia, ya que Bosnia y Herzegovina acaba de ascender al estatus de “candidato”, tras el respaldo este martes de los ministros del bloque europeo.
No obstante, el acto del miércoles en Pristina tendrá poca utilidad si no se logra convencer eventualmente a España, Grecia, Rumanía, Eslovaquia y Chipre (miembros de la UE), de reconocer la soberanía kosovar. Y es que el procedimiento de entrada requiere del consentimiento de las instituciones de la UE y los estados miembros.
Al día de hoy, Serbia no ha renunciado a los que percibe como sus derechos territoriales sobre Kosovo. Ello, a pesar de que la Corte Internacional de Justicia, que es el principal órgano judicial de la ONU, concluyó en julio de 2010 que “la declaración de independencia de Kosovo (…) no violó el derecho internacional”.
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