Da una tristeza inconmensurable lo que le está pasando al Perú en materia de turismo, ya que tras la pandemia el país andino apenas se estaba recuperando del “Lock Down” y ahora les viene la crisis política que pone en riesgo a los más de 1.5 millones de visitantes que llegan tan solo a Machu Pichu al año. ¿Qué va a pasar con el turismo? De momento hay mucha confusión e incertidumbre.
Apenas en noviembre pasado el todavía ministro de Comercio Exterior y Turismo del Perú, (Mincetur) Roberto Sánchez anunciaba que este año 2022 el sector turístico presentaba un notable crecimiento que se vería favorecido el cierre del año, soltó la cifra de 1.47 millones de turistas misma que dijo superarían en un 231% al alza, pero unos días después, luego de la destitución del ahora ex presidente Pedro Castillo el ministro de turismo prefirió renunciar a su cargo al Mincetur.
Inconsciente de la crisis que se avecinaba prefirió renunciar antes que quedarse a solventar los problemas de su industria ante los miles de cancelaciones que se vendrían como un inevitable alud producto de la crisis política.
Hoy se habla de caídas de las reservaciones para las navidades y noche vieja superiores al 80% y más de 10 millones de soles dejarían de llegar al Cusco Perú para este fin de año, cientos de vuelos cancelados tras el estado de emergencia en el país inca.
Según la Cámara Hotelera de Cusco ha comunicado que las reservas van a la baja y que tanto en hoteles como en agencias receptivas de viajes las cancelaciones se están dando en masa todos los días.
La navidad y el año nuevo son temporadas estratégicas para la supervivencia de los operadores turísticos ya que es una temporada donde la demanda aumenta y por lo tanto las tarifas por los servicios turísticos suben para aprovecharla y obtener mejores ingresos.
El panorama es muy parecido al que se vivió apenas hace poco más de un año con la crisis del Covid 19, que por cierto heredó al turismo la posibilidad de mayor flexibilidad en las cancelaciones de los viajes, que si ahora ocurre igual pondría de rodillas a una industria que depende de manera vital de los ingresos del turismo.
Hasta hoy no hay un posicionamiento claro de las autoridades peruanas respecto a como van a afrontar la crisis de las cancelaciones, ni del Mincetur ni de Promperú la agencia de promoción de ese país en el mundo, únicamente un comunicado en su página web acerca de que el ejército apoyará a las policías en las labores de seguridad “tienen el objetivo de volver a la tranquilidad social y estar en línea con el compromiso de todos los ciudadanos en favor de una cultura de paz, tolerancia y entendimiento, para recuperar la normalidad en el desarrollo de todas las actividades en el territorio nacional” así señala el comunicado en la página de peru.travel.
El nuevo titular de Mincetur Luis Fernando Helguero, ha venido informado que ya se ha gestionado más de 4 mil traslados a diversos turistas tanto nacionales como extranjeros a fin de que todos puedan retornar a sus ciudades natales.
El funcionario ha recalcado que se le está dando prioridad a personas con enfermedades crónicas, embarazadas y adultos mayores para que puedan evacuar el país.
En México las agencias de viajes están haciendo esfuerzos desesperados para que los viajeros que estaban programados para viajar al Perú puedan realizar sus cambios de fechas para el año 2023, al parecer los servicios terrestres podrán ser reprogramados, solo hace falta que algunas aerolíneas tanto mexicanas como latinoamericanas accedan a reprogramar sin penalizaciones.
Pienso que a las autoridades peruanas les falta elaborar un mejor manejo de crisis respecto a los viajeros que se quedaron con paquetes comprados, quizá trabajar en un gran pacto nacional con toda la cadena de valor que les permita dar certeza a los viajeros que tienen boletos comprados y comunicarlo así, urge.
Por lo pronto ¿Qué va a pasar con los viajes programados? Tal como ocurrió con la pandemia, yo creo que será mucho mejor reprogramar que cancelar los viajes para que nadie pierda su dinero en penalizaciones.