Cuando Pelé ya era leyenda, un árbitro colombiano tuvo la osadía de expulsarlo de un partido disputado en Bogotá, desatando la ira de sus compañeros del Santos y la tribuna. Una riña insólita marcó la visita a la capital colombiana del astro, fallecido el jueves a los 82 años.
Era la noche del 17 de julio de 1968: ‘O Rei’, con dos de sus tres Mundiales (1958, 1962 y 1970) ya conquistados, aterrizó en Bogotá liderando al ‘Peixe’.
El encuentro ante una selección olímpica de Colombia tuvo poco de amistoso y la victoria 4-2 del Santos ni siquiera importó.
Desde muy temprano los ánimos se empezaron a caldear tras un gol a favor de los cafeteros, que los brasileños consideraron ilegal por fuera de juego.
Cerca del final del primer tiempo Pelé reclamó un penal a su favor. El árbitro colombiano Guillermo “el Chato” Velásquez, alegando haber recibido varios insultos de ‘O Rei’ durante el partido, lo expulsó.
Pelé “se me vino encima y me dijo de todo”, recordó “el Chato” en distintas entrevistas antes de su muerte, en 2017.
Las tarjetas rojas aún no llegaban al fútbol, utilizadas por primera vez en 1974, pero el árbitro hizo un gesto claro: con un dedo le señaló a Pelé que debía marcharse del campo de juego y dejar a su equipo con un hombre menos.
Entonces el partido amistoso se tornó en un duelo a mano limpia. A Velásquez le llovieron golpes de los jugadores y miembros del cuerpo técnico del ‘Peixe’.
En las tribunas se despertó la furia de los aficionados que habían asistido al estadio El Campín para ver a Pelé y al mítico Santos, que para el año de los hechos ya había ganado dos de las tres Copas Libertadores que posee y dos Copas Intercontinentales.
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– Todos contra uno –
Expulsar al jugador más admirado de la época le salió caro a Velásquez, reconocido por su pasado como boxeador y temperamento volcánico.
En el texto “El árbitro que expulsó a Pelé”, el cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos recrea la insólita reyerta.
“Velásquez se sintió empequeñecido, arruinado, cuando los 60 mil espectadores del estadio El Campín comenzaron a maldecirlo a gritos y a pedir el regreso de Pelé”, cuenta Salcedo.
Imágenes en blanco y negro disponibles en redes sociales muestran al árbitro en posición de defensa, como un pugilista, mientras recibe golpes de todas partes con la policía como testigo.
En una fotografía del diario El Tiempo, Velásquez aparece con el ojo izquierdo inflamado y una herida arriba del pómulo.
Pasados los años, el juez reconoció que intentó defenderse de la misma manera: “Le pegué una patada al masajista de ellos”, confesó.
La batalla fue desigual. “De 28 personas que tenía la delegación brasileña me agredieron 25. Los únicos que no me pegaron fueron el médico, el periodista (del equipo) y Pelé”, le contó Velásquez al escritor Salcedo.
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– Regreso al campo –
Lejos de la batalla, Pelé abandonó el césped mofándose del árbitro, aupado por la tribuna. Los fanáticos se desahogaron en insultos contra el juez y pidieron a rabiar la vuelta del astro.
Y entonces ocurrió lo insospechado. ‘O Rei’ regresó al partido por orden de los directivos del fútbol colombiano y Velásquez dejó de pitar el encuentro.
“Se lo quitaron a la policía (a Pelé) y lo volvieron a meter al campo”, renegó el juez colombiano.
Demandados por Velásquez, los integrantes del Santos fueron enviados a una comisaria policial y pudieron regresar a su país solo después de pagarle una indemnización al árbitro y pedirle perdón.
Dos años después de la famosa expulsión de Pelé, el astro y “el Chato” volvieron a encontrarse.
“En la Copa Libertadores de 1970 fui designado para un partido de semifinales entre Universidad de Chile y Nacional de Montevideo, en cancha neutral, en Porto Alegre. Me hospedé en el Hotel Plaza de Copacabana y cuando llegué, me encontré a Pelé parado en la recepción. Fui a saludarlo y me dijo: ‘Oh, Velásquez bandido’, y me abrazó”, recordó el exárbitro, así como la relación de amistad que surgió con el ‘Rey’ tras ese abrazo.