Las calles están vacías, los negocios cerrados y la población se resguardó en sus casas.
Incluso, en municipios sinaloenses, como Los Mochis, Ahome, Guamúchil y Badiraguato, entre otros, el toque de queda sigue vigente.
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Hay patrullajes del ejército, policías municipales, estatales y federales en carreteras y calles, dónde avanzan en convoyes.
Aunque no está prohibido el tránsito, los pocos automovilistas que transitan son invitados a circular con precaución y bajo su propio riesgo.
La gente que quedó varada en las casetas o caminos bloqueados está resguarda por policías y aguardan para continuar su camino.
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Tampoco saben qué pasará con sus vuelos, porque no llegaron al aeropuerto, pero desconocen si les repondrán los tickets.
Por lo pronto, el tránsito aéreo en Sinaloa continúa cerrado a vuelos comerciales.
KA