Oler rosas imaginarias, aprender maniobras de aviones de combate en realidad aumentada o tratar el alzhéimer con realidad virtual: en la feria tecnológica de Las Vegas, las start-ups compiten por ideas para construir el metaverso, convencidas de que vamos a estar cada vez más inmersos en lo virtual.
La edición de 2023 del Consumer Electronics Show (CES), que finaliza el domingo, ha estado marcada por la aparición de tecnologías olfativas.
La firma OVR ha desarrollado un accesorio que se coloca debajo del casco de realidad virtual (VR) para emitir aromas. El usuario puede así sentir el humo de una fogata virtual y el olor de un malvavisco asado.
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El olfato es esencial para el metaverso, según Sarah Socia, vicepresidenta de OVR, porque es “el único sentido que está conectado directamente con el sistema límbico, una parte del cerebro crucial para la memoria y las emociones”.
La start-up estadounidense, con sede en Vermont, presentó un prototipo de montura que también incluye cartuchos de aromas químicos y permite crear perfumes a través de una aplicación móvil.
El usuario los asocia con videos para luego compartirlos con amigos, si es que poseen el artilugio.
Aromajoin, un competidor japonés, también está apostando por la adopción de este tipo de dispositivos.
“La mayoría de la gente no sabe lo que necesita. Es como antes de los teléfonos inteligentes, no sabíamos qué lugar iban a ocupar en nuestras vidas”, dijo SeonHoon Cho, de Aromajoin.
Un argumento que muchas empresas emergentes del metaverso repiten una y otra vez ante los observadores circunspectos.
“La corteza prefrontal”
A fines de 2021, Facebook se rebautizó como Meta para centrarse en “el futuro de Internet”, como lo describió Mark Zuckerberg, el jefe del gigante de las redes sociales.
Pero el año pasado, las ganancias de Meta se desplomaron debido a la crisis económica, y las decenas de miles de millones de dólares invertidos en esta dirección provocaron una avalancha de críticas.
“Hoy en día, el metaverso es recibido con escepticismo. Y es cierto que el término sigue siendo bastante especulativo”, admite Steve Koenig, vicepresidente de la Consumer Technology Association (CTA), que organiza la feria.
“Pero el metaverso empieza a tener sustancia, podemos ver las diferentes aplicaciones. Es como estar a principios de los 90, cuando hablábamos de internet sin poder imaginar todo lo que iba a pasar”.
Para AjnaLens, la inmersión virtual representa la solución al problema del desempleo y la falta de mano de obra calificada.
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La empresa india produce AjnaXR, un visor de realidad mixta (virtual y aumentada), más ligero y funcional que los modelos existentes, para que los usuarios puedan usarlo durante horas.
Sus clientes, el sector industrial, lo utilizan para capacitar a los trabajadores en el manejo de diferentes herramientas (soldadura, pintura, etc.), acopladas a controladores, o manipuladas virtualmente mediante guantes hápticos, que permiten sentir objetos virtuales.
“La realidad virtual tiene un impacto multiplicado en la corteza prefrontal, la parte del cerebro donde almacenas cosas para toda la vida”, dice Pankaj Raut, cofundador de Ajnalens.
“Es como cuando aprendes a andar en bicicleta, nunca lo olvidas después”.
Realidad mixta
SocialDream también creó sus propios cascos de realidad mixta, adaptados a sus videos inmersivos para estimular la memoria de los pacientes que padecen alzhéimer.
“Dreamsense no es un casco, la imagen se proyecta en una burbuja”, describe Thierry Gricourt, fundador de la start-up francesa.
“El rostro no está presionado, no hay lentes que lastimen los ojos, es más fácil de limpiar y los sensores miden las emociones en tiempo real”.
Los principales auriculares, los Oculus (de Meta) y Vive (de HTC), así como accesorios como trajes hápticos, se diseñaron primero para videojuegos.
La CTA espera que este año se vendan 3,1 millones de cascos de realidad virtual en Estados Unidos (20% más que en 2022) y más de 380.000 gafas de realidad aumentada (+100%).
Según una encuesta de Accenture a 9.000 personas, más de la mitad de los consumidores “quieren ser usuarios activos del metaverso” lo antes posible.
Pero en el futuro inmediato, excluyendo los videojuegos, los usos profesionales son los que parecen afianzarse más rápidamente.
Actualmente, la firma Red 6 está probando su sistema de realidad aumentada para entrenar a pilotos de combate en maniobras aéreas (abastecimiento de combustible, combate, etc.).
Ven otros aviones, amigos o enemigos, en sus visores. Por tanto, la formación cuesta mucho menos, contamina menos y es menos peligrosa.
“El metaverso es una especie de solución en busca de problemas. Hemos hecho lo contrario. Hemos encontrado un caso de uso para la tecnología que resuelve problemas esenciales”, dijo Daniel Robinson, fundador de Red 6.