Habitantes del poblado de Jesús María, en Sinaloa, acudieron al palacio de Gobierno, en Culiacán, para denunciar los imparables abusos en contra de pobladores durante y después del segundo Jueves Negro, donde detuvieron a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo.
TE PUEDE INTERESAR: Tras detención de Ovidio Guzmán, blindan con mil 500 militares a Culiacán, Sinaloa
Un contingente de casi 100 personas llegó hasta las puertas del inmueble, donde -con pancartas y gritos- exigían paz y justicia para su comunidad; además de que intentaban hablar con el gobernador Rubén Rocha Moya.
En un intento de ingresar hasta el despacho del mandatario estatal para ser escuchados, ejercieron fuerza y quebraron los cristales de dos puertas de uno de los accesos.
En los carteles los inconformes imploraban paz. “No es justo que el pueblo no tenga acceso a servicios médicos, digan la verdad no fue un operativo limpio, murió gente inocente”, dijeron.
Otro de los reclamos fue que en Jesús María, “los niños tienen miedo”.
La queja más recurrente es que la noche del domingo pasado, de nueva cuenta, los soldados entraron a sus hogares para robar las pocas pertenencias.
Finalmente, una comitiva ingresó junto con representantes de los derechos humanos al despacho de Rocha Moya.
La denuncia es que aunque se cumplió el objetivo de detener a Ovidio Guzmán, los enfrentamientos continúan y siguen sin luz y sin poder comunicarse.
Una mujer, quien dijo ser vocera del mandatario estatal, aseguró que se gestionará la salida del Ejército de la comunidad, informó la prensa local.
RECIBE ATENCIÓN UN NIÑO LESIONADO
Al respecto, el secretario de Salud de Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo, informó que el menor herido de bala por los sucesos del pasado cinco de enero fue sometido a una segunda cirugía y se mantiene en terapia intensiva. Precisó que tiene una lesión en la columna por lo que se intenta estabilizar.
Con información de Marco Fragoso
LEG