Este domingo, la escritora, abogada, historiadora, ex senadora y promotora cultural Guadalupe Rivera Marín, hija del pintor Diego Rivera y de la modelo y novelista Guadalupe Marín Preciado, falleció a los 98 años.
Nacida en 1924, Rivera Marín egresó de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde cursó la carreras de administración pública, derecho, relaciones internacionales y economía, además, fue en esta misma institución en donde consiguió el doctorado en derecho y además fue académica de la misma.
Posteriormente la hija del artista supo alternar sus carreras y tiempo para desempeñarse como escritora e historiadora a la par, labor más reconocida en toda su carrera.
La directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, expresó sus condolencias por el sensible deceso de Guadalupe Rivera Marín, novelista, mujer adelantada a su tiempo y manifestó su solidaridad con sus familiares y seres queridos para despedir a la académica, política y abogada.
Originaria de la Ciudad de México, Guadalupe Rivera Marín entre 1989 y 1998 fue directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), sin embargo, el férreo compromiso con el legado de su padre la llevó a presidir la Fundación Diego Rivera, creada con el propósito de conservar la obra del muralista.
Según el Inbal, Rivera Marín se convirtió en la memoria viva de la vida y obra de Diego Rivera, así como de su madre, Lupe Marín, figuras icónicas del siglo XX mexicano, de quienes dejó múltiples testimonios difundidos a través de entrevistas y publicaciones. Su cercanía con Frida Kahlo permitió escuchar de su voz declaraciones en torno a la vida cotidiana de la pintora, a quien conoció en su niñez, cuando su padre se casó con ella en agosto de 1929.
Además de dedicarse a la política publicó en 1994 el libro Las fiestas de Frida y Diego: recetas y recuerdos, en el cual ofrece un panorama amplio de la gastronomía mexicana, ligada a la vida cotidiana de ambos artistas.
Sin embargo, su trabajo editorial abordó otros temas, con publicaciones como El mercado del trabajo: relaciones obrero-patronales, La propiedad territorial en México: 1301-1810, además de múltiples textos sobre Rivera, como Un río, dos Riveras (1989), Encuentros con Diego Rivera (1993) y Diego el rojo (1997), una biografía que recorre de manera íntima, pero no por ello desprovista de rigor documental, la vida de su padre, además de su novela Los círculos de los dioses (2009).
Su imagen quedó plasmada en el emblemático mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947), fresco elaborado para el Hotel Del Prado y que hoy resguarda y exhibe el Museo Mural Diego Rivera (MMDR) en donde aparece junto a su hermana Ruth y a su madre Lupe Marín, llevando en brazos al primer nieto de Diego Rivera, Juan Pablo Gómez Morín.
De los años que habitó en la casa de San Ángel, diseñada por Juan O’Gorman para Diego Rivera y Frida Kahlo, quedó la férrea voluntad de mantener vínculos con ese espacio, convertido en la década de 1980 en museo. Su constante presencia estrechó vínculos entre el museo y la familia Rivera, además de su determinación para rendir, año con año, homenaje a su padre en la Rotonda de las Personas Ilustres, donde descansan los restos de Diego Rivera.
La alianza que estableció con los dos museos que llevan el nombre del muralista (MMDR y Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo), continúa a través de sus hijos y sobrinos, quienes, como ella, han sido aliados imprescindibles de ambos espacios.
El Museo Casa Estudio de la Red de Museos en coordinación con las instancias museísticas privadas Anahuacalli y la Casa Azul, realizarán una ceremonia de reconocimiento próximamente en acuerdo con su hijo Diego López.
MEMORIA HISTÓRICA
Además de dedicarse a la política publicó en 1994 el libro Las fiestas de Frida y Diego: recetas y recuerdos, en el cual ofrece un panorama amplio de la gastronomía mexicana, ligada a la vida cotidiana de ambos artistas.
LEG