Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, apartó a cuarenta militares destacados en la residencia presidencial, después de prometer una “revisión profunda” del personal tras los ataques del 8 de enero a las sedes del poder en Brasilia.
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La medida, publicada este martes en el diario oficial de la Unión, afecta a funcionarios adscritos a la coordinación del Palacio de la Alvorada, domicilio oficial de los jefes de Estado.
Los militares apartados son de rangos bajos (soldados, cabos, sargentos), algunos de los cuales prestaban seguridad al lugar, y seguirán ligados a las Fuerzas Armadas, aunque en otras actividades, según el portal de noticias G1.
La decisión da continuidad a un anuncio del mandatario, que la semana pasada expresó desconfianza sobre algunos uniformados que cumplen funciones auxiliares en las sedes de gobierno. “Alguien les facilitó la entrada aquí”, dijo Lula, en referencia a los destrozos en el Planalto.
Además, subrayó que la revisión del equipo de trabajo buscará privilegiar funcionarios de carrera, de preferencia civiles. “No puede permanecer aquí adentro alguien sospechoso de ser bolsonarista radical”, afirmó.
Lula intentará reunirse con los comandantes de las Fuerzas Armadas, informó este martes la Casa Civil en un comunicado. Sería la primera vez que se encuentran desde que cargó contra sectores policiales y militares.
Con información de AFP
LEG