En este momento ya van rumbo a los Estados Unidos las primeras 64 mil toneladas de aguacate michoacano para surtir la demanda extraordinaria de millones de estadounidenses que quieren que el 12 de febrero puedan tener en la televisión el Super Bowl LVII y en la botana un buen guacamole.

Es una de esas tradiciones que realmente es difícil saber de dónde salió, pero que felizmente beneficia a uno de los principales productos agropecuarios de exportación mexicanos.

El resto de las 130 mil toneladas que se esperan exportar a Estados Unidos para la final del futbol americano de febrero se irán despachando durante las siguientes semanas de acuerdo con lo que reporta la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México.

Esta es una de las historias de éxito de la agroindustria mexicana, junto con los tomates, los pimientos y los frutos rojos.

A veces cuesta trabajo entender cómo puede pedir el Presidente que estos exitosos agricultores dejen sus cultivos para sembrar maíz blanco para hacer tortillas.

Lo bueno es que los empresarios siguen lo que pide el mercado y han hecho de México uno de los principales países productores y exportadores agroalimentarios del mundo.

La Secretaría de Agricultura reportó un monto de exportaciones entre enero y noviembre del año pasado de 45 mil 714 millones de dólares en productos agroalimentarios, cifra que ya deja atrás los 44 mil 687 de todo el 2021. Falta agregar las ventas de diciembre pasado.

Sin embargo, este éxito no ha estado exento de problemas serios que básicamente corresponde al Estado buscarle una solución.

Después del Super Bowl del año pasado Estados Unidos suspendió las importaciones de aguacate mexicano a su territorio, después de que uno de sus inspectores fitosanitarios recibiera una amenaza del crimen organizado.

Ya había pasado la temporada fuerte del aguacate, pero aun así se perdieron 20 millones de dólares diarios. Se diseñó un plan de seguridad para cuidar a los funcionarios estadounidenses, que hasta la fecha no han reportado mayores incidencias.

Sin embargo, nos confirman los productores de este fruto, que hasta la fecha se mantiene el cobro de derecho de piso por parte de los grupos de la delincuencia organizada.

No hay más datos de su parte de estos productores, por el temor evidente de tener represalias, pero está documentado que el Cártel Jalisco Nueva Generación mantiene un cobro de piso por la producción de este fruto en tierras michoacanas y otras con la denominación de origen que alcanzan miles de millones de pesos al año.

La distorsión que esto genera en el precio del producto lo paga el consumidor. Quizá en el caso del aficionado estadounidense no haga tanta diferencia, por el poder de compra, pero entre los consumidores nacionales el impacto ya se ha hecho permanente.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados el año pasado el aguacate alcanzó un precio histórico y si bien cerró 2022 con una disminución del precio, de cualquier forma el precio promedio el año pasado en el país fue de 68 pesos por kilo.

Para festejar el éxito de los productores mexicanos, como si fuera un touchdown de nuestro equipo, hace falta que el Estado cumpla con su función básica de dar seguridad.

 

   @campossuarez