Después de la eliminación del campeón vigente Rafael Nadal, el serbio Novak Djokovic sobrevivió a un conato de rebelión en el Abierto de Australia, donde numerosos cabezas de serie como el noruego Casper Ruud o la tunecina Ons Jabeur tropezaron con rivales de menor rango.
La sombra de una nueva sorpresa sobrevoló la Rod Laver Arena cuando el francés Enzo Couacoud, número 191 del mundo, le arrancó el segundo set al nueve veces campeón en Melbourne, que además volvió a resentirse de una lesión en la pierna.
El francés de 27 años, llegado de las rondas previas, ofreció puntos brillantes en ese set, como un globo defensivo seguido de una derecha que Djokovic no pudo responder o un poderoso remate de volea tras esquinar a su rival.
Con claras molestias en el muslo derecho y enfadado con unos espectadores ebrios que, según él, lo perturbaban, Djokovic espantó las dudas y cerró en apenas 70 minutos los siguientes dos sets (6-1, 6-7 [5/7], 6-2, 6-0).
“Enzo se merece crédito, ha jugado un tenis realmente fantástico, especialmente en el segundo set”, dijo el serbio de 35 años. “Pero he conseguido responder en el tercer set y especialmente en el cuarto”, agregó.
Máximo favorito en su regreso a Australia tras la deportación del año pasado, la lesión ensombrece sus perspectivas.
“Estoy preocupado, no voy a mentir. Me lo tomaré día a día, partido a partido y veremos cómo va”, dijo “Nole”, cuyo próximo desafío será el búlgaro Grigor Dimitrov (N. 28).
El camino de Djokovic se allanó con la eliminación de varios sembrados en su parte del cuadro, empezando por el número 3 del mundo Casper Ruud.
En el estadio Rod Laver Arena, el escenario donde en la víspera perdió y se lesionó su amigo Nadal, el noruego de 24 años sucumbió ante el estadounidense Jenson Brooksby (N. 39) por 6-3, 7-5, 6-7 (4/7), 6-2.
Con su derrota, solo quedan dos jugadores en condiciones de arrebatar el número uno del mundo al joven español Carlos Alcaraz (ausente por lesión): Djokovic o el griego Stefanos Tsitsipas que, en ambos casos, deberían levantar el trofeo.
No fue la única sorpresa de la jornada. En la víspera se despidió Nadal, que además se lesionó en la cadera y según explicó el jueves estará entre 6 y 8 semanas de baja.
El estadounidense Taylor Fritz (N. 9) o el campeón olímpico alemán Alexander Zverev (N. 13), que vuelve de una grave lesión, cayeron contra el australiano Alexei Popyrin (N. 113) y el estadounidense Michael Mmoh (N.107).
Sí avanzó el heroico Andy Murray (N.66), superviviente otra a vez a cinco sets. Esta vez ante el local Thanasi Kokkinakis (N.159), en un épico partido, 4-6, 6-7 (4/7), 7-6 (7/5), 6-3 y 7-5, en cinco horas y 45 minutos, solo ocho menos que el más largo en la historia del torneo, la final de 2012 que Djokovic ganó a Nadal.
El duelo acabó pasadas las cuatro de la mañana en Melbourne, lo que le situó como el tercer partido en finalizar más tarde en la historia del tenis, según la organización.
Entre las mujeres, la número 2 del mundo, la tunecina Ons Jabeur, se quedó impotente ante la checa Marketa Vondrousova (6-1, 5-7, 6-1), antigua finalista de Roland Garros pero actualmente en el número 86 de la WTA.
Y la joven estadounidense de origen ucraniano Katie Volynets (N. 113), procedente de las rondas previas, echó del torneo a la rusa Veronika Kudermetova (N. 9) y dedicó el triunfo a su familia que todavía vive en Kiev.
Casualidad o no, las salidas de Ruud, Jabeur y Fritz alimentaron la llamada “maldición de Netflix”. De 10 tenistas que aparecen en la nueva serie documental “Break point” en esta plataforma, siete han sido víctimas de lesiones o de tempranas eliminaciones.
Schwartzman cae, Bautista único español
En un día de éxitos para varios tenistas estadounidenses, el joven Ben Shelton se deshizo del único chileno restante en el cuadro, Nicolás Jarry, y Tommy Paul acabó en cinco sets con el español Alejandro Davidovich (30º sembrado).
También cayó su compatriota Pablo Carreño (N. 15), tras desperdiciar una ventaja de dos sets ante el francés Benjamin Bonzi (N.48), dejando a Roberto Bautista (N. 24) como el único español en tercera ronda tras remontar dos parciales al desconocido estadounidense Brandon Holt (N. 215). Jugará ante Murray.
Otro estadounidense, J.J. Wolf, puso fin a la andadura del mejor tenista argentino, Diego Schwartzman (23º sembrado), que llegó lesionado al torneo.
Las lesiones
¿Volverá?: la pregunta se cernía ayer en el Melbourne Park, que todavía digería la temprana eliminación del Abierto de Australia del campeón vigente, el español Rafael Nadal, castigado una vez más por su cuerpo.
Aunque las lesiones fueron un martirio en su carrera, pocas veces se había visto en Nadal un tono tan sombrío a la leyenda de 36 años, que terminó el encuentro sin apenas poder moverse ni darle de revés.
Corría el fin de la segunda manga y Nadal, que ya iba un set y un quiebre por debajo, se llevó la mano a la cadera con evidente gesto de dolor.
Con su mujer llorando en la grada, se retiró al vestuario para recibir atención médica y luego resistió en la pista hasta que se consumó su eliminación en segunda ronda ante el estadounidense Mackenzie McDonald.
“Oh, Rafa. El campeón con dolor, su mujer entre lágrimas y los aficionados se preguntan si es la última vez”, reza en su portada el diario australiano “The Australian”.
La eliminación del 22 veces campeón del Grand Slam cayó como un jarro de agua fría en el Melbourne Park. Desde 2007 Nadal había llegado siempre al menos en cuartos de final, excepto en 2016 donde se quedó por sorpresa en primera ronda.
LEG