José Ureña
 

Son carnales desde hace mucho.

En 2000, cuando el tabasqueño ganó la jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard esperaba la Secretaría General de Gobierno.

-Te la debe -le dije.

-No sé, no me ha dicho nada -me contestó Ebrard.

-Pero declinaste por él, hiciste campaña por él, te la jugaste de todo a todo con él. Es natural un premio a tu lealtad… -le dije.

-Con Andrés no se sabe. No lo hice por algún cargo -se justificó.

O autojustificó, lo mismo da.

El premio tardó.

En febrero de 2002 lo designó secretario de Seguridad Pública y recordé su circunstancia un día después en la dirección de Ovaciones ante Rafael Reséndiz:

-Tenías razón. Tarde, pero ya te premiaron.

-Déjame ver. Es una papa caliente.

Iba bien hasta la tragedia de San Juan Ixtayopan, en Tláhuac, cuando la población vio en red nacional y llamas de fuego cómo quemaban a policías federales: el subinspector Víctor Mireles Barrera y los suboficiales Cristóbal Bonilla Martín y Edgar Moreno Nolasco.

Vicente Fox, en uso de sus facultades, lo cesó.

López Obrador, en uso de su protección, lo hizo secretario de Desarrollo Social.

MOTO Y AUTO

Luego le heredó la Jefatura de Gobierno.

Desde entonces hay muchas dudas, pero lo rescató cuando el Gobierno de Enrique Peña Nieto lo exilió y le encomendó tender puentes con Hillary Clinton.

Anuncio de la cancillería.

Desde ahí le ha sido leal.

Si ha pedido piso parejo para todas las corcholatas, renuncias a los cargos públicos y confrontación de proyectos, ha sido con autorización lopezobradorista.

Pero el de Palacio Nacional lo veía rebelde, casi disidente.

Como lo necesita para el juego distractor, ya es de nuevo su hermano, y en tal condición Ebrard le abrió paso físico en la marcha contra el INE y la democracia.

Así llegaron al estrado y ahí el Presidente agradeció a su amigo el gran apoyo recibido porque Claudia Sheinbaum sorteó parte del recorrido en moto y Adán Augusto López en auto, de Reforma al Zócalo:

-Te la debo, hermano. No sé qué habría sido si no me abres paso.

La esperanza está insuflada.

CERTIDUMBRE

1.- La primera reunión cara a cara de empresarios mexicanos y españoles terminó ante el rey Felipe VI y las conclusiones se resumen a una palabra:

-Certidumbre.

“Si hay reglas claras, la inversión va a todos lados”, dice a su regreso Carlos Salomón Cámara, organizador de ese encuentro tras el impasse abierto por Palacio Nacional.

Por fortuna, resume exposiciones de hombres de negocios de aquí y de Iberia, esa pausa política no ha permeado en lo comercial y los proyectos siguen.

Debe ser por la parte privada, porque ningún Gobierno, ni el mexicano ni el español, estuvieron en la organización o participaron para impedir la politización.

Y 2.- Puebla vive nuevos tiempos tras el lamentable deceso de Miguel Barbosa y un gobierno de terciopelo de Salomón Céspedes.

Será la tónica, dijo al Congreso el secretario de Gobernación, Julio Miguel Huerta, quien resumió en tres puntos las claves: “gobernabilidad, certeza jurídica y protección a la sociedad”.

LEG

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