De acuerdo con la televisión pública de Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdoğan pospuso las mesas de negociación con Finlandia y Suecia estipuladas en febrero, en las que se abordaría el potencial ingreso de ambas naciones a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El cambio de planes, anunciado este martes, se dio después de que manifestantes de extrema derecha en Suecia quemaron un Corán y gritaron consignas antimusulmanas frente a la embajada turca en Estocolmo, el sábado pasado.
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Ese día, la oficina del primer ministro Ulf Kristersson publicó en Twitter que “quemar libros que son sagrados para muchos es un acto profundamente irrespetuoso”. La respuesta de Erdoğan llegó el lunes: “Aquellos que permiten tal blasfemia frente a nuestra embajada (…) ya no pueden esperar nuestro apoyo para su membresía en la OTAN”.
Tras la invasión rusa a Ucrania, Finlandia y Suecia rompieron décadas de neutralidad al presentar solicitudes de ingreso en la alianza de defensa colectiva en mayo de 2022. Sin embargo, Turquía, miembro desde 1952, ha bloqueado el ingreso de ambos aprovechando que el Artículo 10 del Tratado establece que se requiere unanimidad entre los 30 miembros para admitir a otro.
En contraste, el gobierno de Hungría, el otro miembro de la OTAN que se mostraba renuente a aceptar a los escandinavos, informó en octubre pasado que apoyaría la membresía de las dos naciones.
Las tensiones de Turquía con Finlandia y Suecia no son nuevas. Recientemente, funcionarios de Ankara criticaron que los países nórdicos siguen dando refugio, en conjunto, a más de 80 militantes kurdos (la mayor minoría étnica en Turquía, siendo el 15-20% de la población) considerados terroristas por el gobierno de Erdoğan.
Según el Consejo de Relaciones Exteriores, think-tank sin fines de lucro especializado en política exterior, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán, de corte marxista-leninista y fundado por Abdullah Ocalan en 1978, “ha librado una insurgencia desde 1984 contra las autoridades turcas por mayores derechos culturales y políticos, (…) con el objetivo de establecer un estado kurdo independiente”, lo que ha resultado en unas 40 mil muertes.
Otro factor del bloqueo es la cercanía geográfica de estos países con Rusia, con la cual Turquía tiene relaciones sólidas. En el cálculo de Ankara, la membresía de ambos podría aumentar la tensión en la región y afectar sus intereses. Actualmente, Turquía está entre los tres principales socios comerciales de Rusia.
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