Adrian Trejo

Un nuevo intento de la sociedad civil, acompañada de políticos de todas las denominaciones, presentará hoy un proyecto de país en el que coinciden en el diagnóstico, pero siguen sin dar con la cura.

Por supuesto que el sistema político está enfermo.

A los males crónicos que arrastraba desde hace décadas -nepotismo, corrupción, influyentismo, etcétera-, se han agregado otros como militarización, delincuencia vascular y síntomas preocupantes de autocracia.

El sistema, como un todo, está lleno de tumores, algunos que se han agrandado en el transcurso de los años y otros que se dejan ver apenas con microscopio.

Pero todos son cancerígenos.

Quienes presentarán hoy el nuevo diagnóstico -al que sumarán los nuevos síntomas-, han estudiado, desde dentro y por años, los males que padece el sistema.

Algunos han contribuido a su enfermedad pero, comparado con los males de hoy, lo de ayer parecía gripa.

Cada diagnóstico que se ha presentado en los últimos cuatro años ofrece medidas paliativas, pero ya no son suficientes si no se quiere un colapso fatal en 2024.

Lo que sigue a la presentación de la nueva radiografía es la acción; aplicar los remedios, por dolorosos que resulten para los partidos y sus líderes, que permitan ir eliminando los tumores.

Se requiere no solo reseñar el peligro en el que se encuentra el sistema y su alma, la democracia, sino pasar a la acción.

No se ha visto, por ejemplo, a políticos o dirigentes sociales hacer campañas informativas de a pie, cara a cara con los ciudadanos; las redes sociales sirven para poco si la campaña no se refuerza con visitas domiciliares.

Falta información para la gente de a pie; si bien los diagnósticos -presentados como manifiestos o cartas de buenas intenciones-, se quedan en nivel medio pero poco permean hacia abajo.

Un diagnóstico actualizado hace bien al paciente, pero no debe quedar solo en eso.

México ya no admite placebos ni experimentos; al diagnóstico, deberá seguir la acción.

Y no desde las redes sociales.

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Falta mucho aún para la elección de gobernador en Guanajuato, en 2024, pero desde ya se aprecia una división entre el gobernador Diego Sinhue Rodríguez y el presidente del PAN Marko Cortés.

El gobernador ha expresado que no permitirá que en la entidad se designe a candidato por dedazo, quizá porque no esté informado de la alianza con el PRI y el PRD para ir juntos en todas las elecciones estatales en 2024.

El asunto es que, si bien Rodríguez tendrá participación en la selección del candidato, también lo es que a nivel local no se ve quién pueda levantar la mano.

Por eso ha cobrado relevancia la eventual candidatura del senador Erandi Bermúdez, quien de a poco va dando pasos para convertirse en el caballo negro del panismo.

Bermúdez ha competido en cinco elecciones y las cinco las ha ganado; no se ha visto involucrado en escándalos y tiene buena aceptación entre la militancia panista local.

A ver.

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Ricardo Monreal anunció que tiene ya representantes de su precandidatura presidencial en cada uno de los 300 distritos electorales federales.

Dicho de otro modo, que ya tiene una estructura nacional para lo que se ofrezca.

Y si bien dicha estructura es importante, lo sería más y hasta definitiva si el método de selección del candidato de Morena fuera por medio de una elección primaria.

Pero como será por encuesta, quién sabe si esa estructura pudiera influir en el sondeo que, ya sabemos, acabará con el dedazo presidencial.

LEG