Y sí, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México confirmó que las sospechas del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, eran ciertas y el accidente, es decir el “incidente” del choque entre dos trenes del Metro que ocasionó la muerte de una estudiante y más de 100 heridos, se debió a un sabotaje y a una conducción negligente del operador.
El dictamen oficial señala que “la quema y corte doloso de los cables ubicados en dos registros de conexión”, así como la “conducción negligente” del operador del tren número 24, fueron las causas del accidente.
Sorpresa hubiera sido que la falta de mantenimiento de los trenes y vías; el descuido de las autoridades al no colocar tapaderas a los registros; y el incompleto funcionamiento del Centro de Control fueran las principales causas del accidente del 6 de enero y de los, al menos, cuatro incidentes más que desde ese día se conocen.
En lugar de anunciar una inversión mayor al Metro para dar mantenimiento a sus trenes, vías, andenes e infraestructura en general, la primera reacción de las autoridades federales y capitalinas fue desplegar a los salvadores de todos los casos difíciles y desesperados de este Gobierno: la Guardia Nacional.
Sin embargo, sus elementos que desde el 12 de enero se encuentran en las estaciones, no han logrado detener los “incidentes” que se siguen registrando en este sistema de transporte.
El 15 de enero, usuarios salieron corriendo del tren en la estación Bellas Artes por el humo que había en el andén, el Metro informó que un objeto metálico cayó a las vías y eso ocasionó el problema.
Por la tarde de ese mismo día, en la estación del Metro Polanco, usuarios fueron desalojados debido a que el convoy en el que viajaban se separó; el argumento oficial fue que se cortó uno de los tornillos de seguridad que enganchan a los vagones.
El 23 de enero se reportó un nuevo incidente, ahora, en la estación Barranca del Muerto, donde el humo se hizo visible debido a una falla y al menos 60 personas fueron atendidas por inhalación de humo.
Y el 24 de enero, usuarios de redes sociales reportaron que un vagón del Metro se había descarrilado en la estación El Rosario, pero a decir de las autoridades sólo “se ladeó”.
Los incidentes en el Metro se dan todos los días, lo ideal sería que a la par de las investigaciones y de la vigilancia de la Guardia Nacional, también se iniciara un mantenimiento intenso a toda la red del sistema de transporte más importante del país y así, no habría pretexto para sabotajes y negligencia.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Ante el escándalo del plagio de tesis, la UNAM y su rector se han visto fuertemente cuestionados y criticados evidenciando un inadecuado manejo de crisis, o será que la división al interior de la máxima casa de estudios está siendo alimentada desde Ciudad Universitaria.
@aguilarkarina