La sesión del Congreso General con la que arrancaron los trabajos legislativos del segundo periodo del segundo año de la LXV Legislatura tuvo un polémico arranque debido a la negativa de la mesa directiva para realizar los honores a la Bandera en el Salón de Plenos.
La decisión, anunciada por el presidente de la mesa directiva, Santiago Creel, se debió a que los militares estaban armados con sus fusiles reglamentarios, por lo cual los honores se efectuaron en el vestíbulo principal.
La decisión se acordó con la Secretaría de la Defensa Nacional, aseveró Creel, pero el hecho, molestó al bloque oficialista de legisladores, principalmente de Morena y el Partido del Trabajo (PT), tanto, que al votar el acta de la sesión solemne, decidieron votarla en contra de ella.
Además, al regresar el presidente del Congreso e intentar explicar el protocolo realizado, fue interrumpido por los legisladores de Morena, PT y PVEM que entonaron el Himno Nacional.
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Creel justificó la decisión al argumentar que no podría permitir, como presidente de la mesa directiva el Congreso General, la presencia de armas en el Salón de Plenos.
“Entiendo las circunstancias en las que se convino este protocolo, sin embargo, como presidente del Congreso no puedo permitir armas en este Salón de Sesiones que es un parlamento, que es una soberanía, que es el Congreso de la Unión, al cual me debo.
“Cuando el Congreso General abre sus sesiones es cuando esta soberanía despliega a plenitud sus funciones constitucionales. Los presidentes de ambas cámaras hemos convenidos dentro del marco de nuestras respectivas competencias colaborar y mantener un diálogo permanente para que nuestras cámaras de origen y en su caso revisoras, poder entrar en un diálogo permanente para ambas cámaras puedan tener un diálogo, un intercambio de ideas, debates y acuerdos con el máximo respeto que merece esta soberanía”, expresó Creel desde la mesa directiva.
JC