La exposición más reciente que ofrece al público el Museo de Arte Carrillo
Gil fue inaugurada el pasado viernes para los apasionados del arte, pero sobre todo, de la naturaleza, pues “Con mi dedo trazó el camino del agua” engloba los problemas que se presentan en las minorías afectadas tras una cuestión global.
“El fenómeno migratorio se cuela en los intersticios de los estados-nación
desbordando sus fronteras culturales, políticas y económicas. Sin restar importancia al impacto que tiene la migración en términos humanos” con esta discusión se aborda la exposición de la artista chilena, Antonina Alarcón, quien dedicó un extenso trabajo de investigación en Río Colorado para llevar a cabo el proyecto.
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Dicha puesta busca visibilizar los conflictos ignorados que conllevaron la construcción del muro de la frontera norte, sin restarle protagonismo a las evidentes consecuencias migratorias, dándole primordial atención los problemas ambientales desencadenados; como sequías, desaparición de flora local e incluso la total desaparición de ríos.
“Tan solo el hecho de que haya un muro cambia el camino de un desierto y eso provoca que una mariposa se pierda. No nos ponemos a pensar en las consecuencias de estas decisiones, ¿qué significa para un niño crecer en un patio donde tiene enfrente un muro? ¿Qué significa para un coyote que trata de hacer su camino y no lo encuentra?” Expresó Alarcón en la inauguración de su obra.
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Asimismo, se exponen diferentes tipos de vegetación recolectada de la zona para romper con el tabú de la inexistencia de naturaleza en los desiertos, pues en la sala se exponen distintas obras compuestas de materiales botánicos como algodón, hilos, tientes naturales, piedras, flores, cerámica reciclada, así como un fichero lleno de reflexiones en torno a los fenómenos naturales fronterizos.