Esta semana, un juez federal otorgó un tercer amparo contra la extradición a Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán y presunto jefe del área de producción y tráfico de cocaína y fentanilo en el Cártel de Sinaloa, sobre todo porque su arresto se hizo con fines de extradición.
De ser entregado a Estados Unidos para un juicio público tipo el de El Chapo o García Luna, Ovidio sería un material extraordinario para la indagación -si es que se da- de las relaciones con funcionarios y políticos que podrían explicar el fortalecimiento de su grupo delictivo.
En marzo estarían las fechas límite para decidir la extradición, con expectativa de que tendría que ser juzgado en México por delitos criminales, aunque con un juicio que no tendría la visibilidad ni las revelaciones escandalosas de lo ocurrido con García Luna en una corte de Brooklyn.
En este contexto, el expediente de Ovidio se ha convertido en una papa caliente en manos de las autoridades porque su arresto dependía de la extradición. Si por razones legales, no se aprueba la entrega del capo a las autoridades estadounidenses, entonces habrá que esperar una decisión local para juzgar al hijo de El Chapo en México por graves delitos criminales o liberarlo si se comprueba que no existe de manera formal y legal alguna orden de arresto por las autoridades mexicanas.
En su informe de Gobierno el pasado martes, el presidente Joseph Biden anunció una estrategia específica para combatir el flagelo del fentanilo que ha cobrado alrededor de 200 mil muertes por sobredosis en los últimos dos años dentro de EU. Se trataría de una reacción tardía del mandatario americano, pero en principio se estarían esperando más estrategias para desalentar el consumo que un combate frontal contra las células criminales que distribuyen esa droga mortal.
Zona Zero
- El caso García Luna podría entrar en una zona de preocupación estadounidense si la defensa sube al exfuncionario mexicano a declarar en su juicio, porque su estrategia se basa en todos los reconocimientos que le otorgó la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos por su labor de combate contra el crimen organizado mexicano. La foto del exfuncionario con Hillary Clinton fue mal vista en el área política de la Casa Blanca. Algunos expertos consideran que la defensa está sacando sus cartas mayores para negociar una salida como testigo protegido.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh