Después de conocer algunos datos de la economía de los Estados Unidos de enero como fue el dato de empleo y servicios por el ISM por arriba de lo esperado, los mercados han reaccionado con ajustes a la baja. El balance semanal fue negativo en las bolsas perdiendo entre -0.1% en el caso del Dow Jones hasta -2.41% en la parte de tecnología; el índice dólar medido por el instrumento DXY frente a la canasta de divisas, reaccionó al alza 0.6% haciendo evidente una zona de soporte de plazo que reconoció en días pasados; las tasas de interés en la parte media – larga de la curva de los bonos del tesoro reaccionaron al alza más de 20 puntos base, aunque el bono a 10 años (el instrumento más líquido a nivel mundial) terminó en 3.74% viniendo desde mínimos recientes en 3.32% (el pasado 02 de febrero).
Al revisar algunas materias primas, vimos rebotes al alza semanal en el mercado crudo, gas y gasolina entre 7 y 9%, que además se vieron presionados por el anuncio de Rusia de iniciar en marzo con un fuerte recorte de 500 mil barriles diarios de producción o el equivalente al 5% mensual, lo que presiona a otros países, especialmente árabes a evaluar su capacidad de producción y/o interés de apoyar a Estados Unidos y Europa Occidental o seguir el “juego a Rusia” en una etapa final climática.
También vimos como algunos alimentos han reaccionado al alza como el maíz, trigo, arroz y azúcar, entre otros, que sea por aspectos climáticos, problemas de producción, o algún otro tema, reaccionaron al alza.
Con todo esto, estamos viendo que los movimientos “alegres” de mercados durante enero, se están o se han borrado en lo que va de febrero. Pareciera que los inversionistas que estimaban que la economía de Estados Unidos podría registrar una recesión económica durante el 2023 están corrigiendo esa posición hacia “una economía más defensiva y más fuerte de lo esperado”.
Las palabras de Jerome Powell y otros miembros de la FED sugieren aún “mantener tasas de interés altas” por un tiempo hasta asegurar que la inflación confirme su camino hacia niveles del 2.0% como objetivo.
Justamente esta semana, habrá datos de inflación al consumidor (martes 14) y al productor (jueves 16) de enero. Se estima que la inflación general al consumidor pase del 6.5% al 5.8% anual y la subyacente del 5.7% al 5.3% anual, lo cual favorece la expectativa de una menor inflación. Sin embargo, al revisar los datos de febrero hasta el momento, comentados en esta columna, pareciera que podría haber un rebote hacia adelante.
Vendrán otros datos económicos en la semana como ventas minoristas y producción industrial que se estiman registren aumento del 1.0% y 0.4% respectivamente con lo que truncarán meses de desaceleración de noviembre y diciembre pasado muy probablemente, generando señales de una recuperación del consumo e inversión.
Tendremos también datos ligados a vivienda, como son el inicio y permiso de construcción en enero. Desde mayo del 2022 a la fecha, hemos visto una clara “desaceleración en el ritmo de estos indicadores, así como en el ritmo de aumento en los precios promedio. Veremos si los datos de enero confirman la entrada a un período de estabilidad como se estima.
Con todo esto, los mercados continuarán con cierta volatilidad, pero es probable que el sesgo en el mercado de la curva de bonos del tesoro sea al alza, lo cual implica ver a un índice dólar DXY también con sesgo positivo y las bolsas seguir consolidando con sesgo de probable baja.
Pero ante ello, es probable que la FED siga teniendo “elementos que justifiquen tasas de interés más altas” y en marzo se decrete otro aumento de 25 puntos base a niveles del 5.0% anual.
@1ahuerta