El duelo de corcholatas dentro de la 4T se puso interesante, luego de que el canciller Marcelo Ebrard tuviera un round con la exembajadora en Washington Martha Bárcena.
Ebrard había caminado con pies de plomo; hasta el año pasado, era considerado el vicepresidente por la cantidad -y calidad- de asuntos que le encomendaba el Presidente, como la famosa compra de pipas para el transporte de gasolina y cuya existencia ahora es un misterio -el de las pipas, claro-.
El canciller es visto hasta ahora como el menos radical de los 4 competidores de Morena por la candidatura presidencial e incluso, y pese a ser funcionario de esta administración, tiene buena imagen entre la muy golpeada y ninguneada clase media.
Pero el pleito con Bárcena lo obligó necesariamente a defenderse y retomar posiciones de las que se había ido alejando cuidadosamente.
El otrora funcionario poderoso, al que incluso el derrumbe de la Línea 12 del Metro, construida durante su administración como jefe de Gobierno de la CDMX no lo había despeinado, debe defender su credibilidad no solo de las afirmaciones de Bárcena sino de Mike Pompeo, quien aseguró que había aceptado la expulsión masiva de migrantes al país a cambio de que el acuerdo fuera un secreto.
Quién sabe por qué en Bucareli y en una oficina cercana a Palacio Nacional andan sonriendo.
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Aunque la elección para gobernador del estado será hasta junio del 2024, en Jalisco los morenistas andan sueltos.
El lunes pasado, el diputado local, exsenador y líder de bancada morenista en el Congreso jalisciense, José María Martínez, mejor conocido como “Chema Martínez’’, oficializó su pre pre precandidatura al puesto.
Martínez tiene enfrente al ex súper delegado federal Carlos Lomelí, quien todavía se siente bendecido por el presidente López Obrador y que, por si fuera poco, cree que “se la deben’’.
Al binomio de aspirantes sume usted al diputado Antonio Pérez, padre del corredor de Fórmula 1, Sergio Pérez “el checo’’, que no solo aspira a ser gobernador sino ¡presidente de la república!
Cualquiera de los tres, de acuerdo con la encuesta digital -o sea el dedo presidencial- tendrá que competirle al MC que ha hecho del estado y sus dos municipios más importantes, su bastión, pese al desgaste que exhibe el gobernador Enrique Alfaro.
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Sorpresiva fue la renuncia de Rosaura Ruiz a la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno capitalino.
La exfuncionaria dejó el cargo y regresará a su plaza en la UNAM a seguir dando cátedra.
Y aunque se habla de que hubo diferencias insalvables con Claudia Sheinbaum por los magros resultados de su labor al frente de la dependencia, otros ven a Ruiz como “enviada’’ de la 4T para seguir de cerca en proceso de sucesión del rector Enrique Graue que, de no ocurrir otra cosa, deberá llevarse a cabo en el mes de noviembre.
¿Un caballo de Troya?
Ni que les hiciera falta.
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Así como los legisladores de oposición se han unificado en defensa del INE, deberán hacerlo ahora para evitar que se apruebe el incremento sustancial de las multas por “injurias’’ a los políticos, del Presidente para abajo.
Primero tienen que tipificar con manzanas qué es una injuria y diferenciarla de la crítica.
Porque con eso de que López Obrador se ha quejado como Magdalena de que es el Presidente más insultado en los “últimos 110 años’’, sus fieles en la Cámara de Diputados se aprestan a ponerle piedras a la libre expresión.
Ojo.
LEG