El panel de expertos científicos que investiga un posible envenenamiento del poeta Pablo Neruda en 1973, entregó su informe este miércoles a una jueza chilena que lo estudiará en reserva mientras se encuentre en “fase de investigación”.
Además, la jueza Paola Plaza, quien lleva el caso, dijo en conferencia de prensa que “el tribunal no tenía conocimiento del contenido de estos informes hasta el día de hoy” y se desligó de cualquier trascendido que hayan dado alguna de las partes querellantes sobre la tesis de que el poeta no murió de cáncer sino por la inyección de la bacteria del botulismo.
“Yo no me puedo hacer cargo de lo que circula en la prensa que alguno de los intervinientes haya tenido conocimiento previo”, apuntó Plaza, quien encabeza la investigación que se inició hace más de una década.
El informe pericial no es vinculante y la jueza Plaza debe decidir los pasos a seguir tras concluir esta etapa en un plazo que se negó a definir.
La magistrada enfatizó que “ahora viene una fase de revisión, estudio, ponderación y valoración para que el tribunal dicte las resoluciones que en derecho corresponda”.
Rodolfo Reyes, abogado y sobrino de Pablo Neruda, afirmó esta semana que los resultados entregados por los laboratorios son suficientes para confirmar que su tío fue envenenado.
“Por supuesto esta bacteria es un arma biológica que le inyectaron a Pablo Neruda, y a las pocas horas falleció”, declaró Reyes en una entrevista.
Sin embargo, Bernardo Reyes, sobrino nieto del autor de 20 poemas de amor y una canción desesperada, desestimó esta causa desde el lado de la familia que no es querellante ni cree en la tesis del asesinato de Neruda.
“La conclusión científica, no podrá determinar su asociación a un acto homicida. Sin siquiera mencionar que para 1973 aún no existía en el país, en la dictadura, un desarrollo en asesinatos mediante técnicas químicas”, indicó Bernardo Reyes para una agencia en un contacto por escrito desde el sur de Chile.
Consideró que sus parientes querellantes son “portavoces advenedizos, que no representan a la familia”.
Desde el 24 de enero de este año, un panel conformado por especialistas de Canadá, Dinamarca y Chile trabajó en el análisis de las pericias derivadas de una investigación iniciada en 2012, para comprobar si Neruda había sido envenenado.
Según la versión oficial, Neruda, de 69 años y reconocido militante comunista, murió en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, como consecuencia del cáncer de próstata que padecía.
Su deceso se produjo 12 días después del golpe militar que derrocó el gobierno de Salvador Allende e impuso una dictadura encabezada por Augusto Pinochet, quien durante su mandato atentó contra los militantes rojos que apoyaron a su predecesor.
En octubre de 2017, un grupo de 16 peritos chilenos y extranjeros confirmó que el poeta no murió de cáncer aunque no pudo determinar la causa exacta de su muerte.
Se inició entonces una investigación sobre una bacteria, la Clostridium botulínico, encontrada en los restos de Neruda.
Sabías que
La conclusión científica, no podrá determinar su asociación a un acto homicida. Sin siquiera mencionar que para 1973 aún no existía en el país, en la dictadura, un desarrollo en asesinatos mediante técnicas químicas.
LEG