Argentina registró un crecimiento de 5.2% en su producto interno bruto (PIB) en 2022, una marcada desaceleración respecto al año anterior (+10.3%), pero firma un segundo año consecutivo de evolución positiva de su PIB, el primero en más de una década (2010-2011).
La estimación preliminar de actividad económica para el mes de diciembre, publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (Indec) de Argentina, muestra una disminución de la actividad del 1% respecto a noviembre y del 1.2% en un año.
Mientras el sector de la hostelería, entre otros, dinamizaba la actividad en este periodo estival austral, la agricultura sufría un fuerte retroceso, en un contexto de sequía continua en determinadas regiones productoras desde hace tres años.
Tras el crecimiento económico del 10.3% registrado en 2021, el 5.2% de 2022 confirma el repunte de largo plazo de la tercera economía más grande de América Latina, dando vuelta a un ciclo de tres años de recesión debido, en parte, al Covid-19 pandemia.
Sin embargo, la inflación crónica con múltiples causas, externas e internas, que alcanzó el 94.8% en 2022, impide que el país obtenga los frutos de esta renovada actividad. Además, Argentina trata de inculcar más disciplina presupuestaria, en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el refinanciamiento de más de 44 mil millones de dólares de deuda, herencia de un préstamo contratado en 2018.
Para 2024, según sus últimas proyecciones, el FMI prevé un crecimiento del 2% para Argentina, desacelerada como la economía mundial, pero por encima del promedio de su región (1.8%). Tres años consecutivos de crecimiento sería un ciclo que no se ve en 15 años para la economía notoriamente inestable de Argentina.
Con información de AFP
LEG