Las secciones se renuevan una a una.

Con fórmula simple, democracia.

Así fue el sábado, cuando Alfonso Cepeda se engulló la otrora disidente Sección 9 del magisterio y salió del Gran Forum como torero en tarde de triunfo.

Oficialmente había seis mil sentados en sillas con su paquete de bebidas y alimentos, más un número de sindicalizados casi equivalente en la explanada.

Les invitó a un acto llamado oficialmente Encuentro Fraterno, pero por sus reacciones les dijo cuanto ellos esperaban escuchar: elecciones democráticas.

Antes Cepeda les dio otras noticias.

En la semana, les narró, estuvo con el Presidente para encarrilar las negociaciones a fin de modificar favorablemente el contrato colectivo de trabajo:

Revisar las cuentas individuales para que tanto maestros como administrativos tengan una pensión digna a su retiro.

Aumento sustancial de salarios con el fin de saldar deterioros pasados y presentes, ahora agravados con las elevadas tasas inflacionarias.

Y revisar la Ley General del Servicio Profesional Docente, pues contiene artículos que a su juicio lesionan la dignidad del magisterio.

ELECCIONES ESPERADAS

Aquello los entusiasmó.

Beneficios, subrayó, para más de dos y medio millones de afiliados del SNTE porque recibirán trato igual tanto los trabajadores en activo como pensionados.

Esta semana se dará el primer acercamiento con la titular de la SEP, Leticia Ramírez, y los resultados se difundirán el Día del Maestro.

Pero la algarabía fue mayor cuando Alfonso Cepeda anunció la elección abierta de dirigentes para la Sección 9, como se ha hecho en 31 de las 40 del SNTE.

Por esa vía, les prometió, se recuperará la grandeza magisterial en la capital y él consolidará su proyecto de trascender como líder demócrata.

Se respetará todo voto –“¡uno somos todos!”, coreaban- como ha sido en 31 secciones y por cierto ninguna ganada por la CNTE, la CETEG u otros grupos antaño en lucha con el SNTE.

ES TIEMPO DE COSECHAR

El programa Sembrando Vida tiene vida perentoria.

Hoy los planes contemplan presupuesto hasta el 2024, cuando todos los beneficiarios o sus descendientes deberán ser autosuficientes.

Son 449 mil 998 sembradores, precisa el subsecretario del Bienestar y responsable de la instrumentación, Hugo Raúl Paulín.

En un principio se plantearon dudas sobre su eficacia para combatir la pobreza y mejorar la productividad, pero a la fecha “ya ven resultados”.

Frutos concretos como la producción de un millón de toneladas orgánicas –“la gente aprecia mucho que no se usen químicos”-, suficiencia en algunos productos y excedentes en otros.

A la fecha hay mil 300 millones de árboles vivos en un millón de hectáreas, asegura Paulín, de los cuales la mitad son maderables, 20% frutales y otro tanto industrializables.

Por eso los campesinos se organizan para comercializar y procesar especies como pimienta, vainilla, canela y otras cosechas.
En algunos casos se incrementó significativamente la producción nacional -25% en café, 30%- y junto con la miel pronto se venderán al extranjero.

Pero Sembrando Vida no tiene vida garantizada para el próximo sexenio.

LEG

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