En Santa Ana Nichi, municipio de San Felipe del Progreso, Estado de México, de donde es Elsa Sánchez García, pastorear borregos y arar la tierra son actividades comunes y el sostén de los cerca de tres mil habitantes que la conforman; en el caso de las mujeres, lo es el criar hijos y encargarse de la familia; sin embargo, la ahora doctora en Ciencias de la Tierra, soñaba con convertirse en una científica.
Cortar lana, plantar semillas, vender elotes o ropa nunca fueron un destino para la académica de origen Mazahua, sino un medio para ayudar a su madre con los estudios.
“Teníamos que trabajar mucho, pero a pesar de las carencias económicas de la familia, ese fue uno de los propósitos de mi mamá: darle estudios a sus hijas hasta la prepa”, contó en entrevista con 24 HORAS.
De lejos, Elsa veía cómo se asignaban roles basados en el género, donde los varones eran privilegiados y “a las mujeres siempre se les ha considerado que solo sirven para tener hijos, estar en la cocina o al pendiente del marido”.
Pero, en su vida, la ausencia de un rol paterno en su crianza, “con ideas machistas” y el impulso constante de su madre fueron una ventaja que le permitió “demostrar que ellas pueden hacer los mismos trabajos que los hombres y tenemos las mismas oportunidades”.
Así se convirtió en la primera mujer con doctorado en su comunidad, donde “lo común” es ver que los hombres alcancen ese grado académico, sean ingenieros o arquitectos; mientras que alrededor de 50 mujeres son enfermeras.
LA CHISPA
En secundaria, las matemáticas la flecharon. En la prepa, le presentaron a la Física, pero antes de conocer la Física solar –en la universidad– trabajó como empleada doméstica para la familia Nour Kuri Slim, lo que le hizo percatarse de que tenía que estudiar para no trabajar siempre de ama de casa.
“La necesidad de tener una mejor calidad de vida me llevó a pensar que quería tener otra opción donde tuviera un ingreso mejor y no quedarme a trabajar en las labores del campo”.
Luego de enfrentarse al racismo –que la hizo desertar– en la Universidad Autónoma del Estado de México, por provenir de una comunidad indígena, consiguió una beca en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y, sin dejar de trabajar, logró terminar una carrera, una maestría y ahora, un doctorado en Ciencias de la Tierra con orientación en las Ciencias Atmosféricas, Espaciales y Planetarias, por la ENES Morelia.
Sin embargo, actualmente está desempleada, por lo que “económicamente sigo en las mismas” al no estar adscrita a alguna institución académica, pero es optimista y confía en que vendrán mejores cosas.
Junto a ella, ahora crece una niña de cinco años, Itzayana, quien desde bebé la acompaña a congresos, conferencias, entrevistas y a la escuela. “Las niñas de vecinas ahora le dicen a sus mamás: yo también quiero hacer lo que hace Itzayanita”.
CITA:
Tuve un maestro que me decía: ‘Cuando veas una montaña, fija la mirada en la más alta(…) no sé a dónde llegaré, pero quiero escalar más montañas”
Elsa Sánchez García
Doctora en Ciencias de la Tierra
MAZAHUAS EN EL EDOMEX
En el estado de México existen 13 municipios donde se asientan los pueblos mazahuas y San Felipe del Progreso, de donde es Elsa, es considerado por el Gobierno una alcaldía con alta marginación. Sus principales actividades económicas son la agricultura de bajo rendimiento, particularmente maíz, y la elaboración de artesanías.
UN VISTAZO AL POLVO SOLAR
Una de las últimas tareas de la científica fue realizar un monitoreo diario, en tiempo real, de las condiciones del viento solar y sus efectos sobre la Tierra, para el Laboratorio Nacional de Clima Espacial de la UNAM.
Elsa Sánchez explicó que éste es todo el material que se genera en el Sol y que es expulsado al espacio, por lo que si en algún momento llega a interaccionar con la magnetósfera de la Tierra e ingresa, las partículas pueden desencadenar cosas como: “Lo más bonito, las auroras boreales, pero también (si la cantidad de partículas es muy densa) puede afectar a las telecomunicaciones, GPS, red eléctrica, oleoductos, astronautas, y hasta a palomas, delfines y mariposas, porque están guiados por un campo magnético en el cerebro”.
LEG