mujer trabajo
Foto: Pixabay / Este 8 de marzo, el principal reto hacia el género es lograr las condiciones de equidad en actividades y salarios, consideró Rogelio Gómez Hermosillo  

El grueso de las mujeres en México, sufre exclusión y precariedad laboral y la falta de un empleo digno y con ingresos suficientes que les permita superar la pobreza.

En el marco del Día de la Mujer este 8 de marzo, el principal reto hacia el género es lograr las condiciones de equidad en actividades y salarios, consideró Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

TE PUEDE INTERESAR: Invisible, crimen contra mujeres migrantes

Señaló que las actuales condiciones de la nueva normalidad, la mayoría de las mujeres trabajan en actividades operativas presenciales. “Las mujeres que pueden hacer “home office” son un grupo reducido. Ciertamente dada la carga de trabajo del hogar (cuidado y demás labores domésticas), sí debe ser una ventaja. Pero son pocas y no resuelve la desigualdad de la carga de trabajo doméstico sobre ellas”.

Y tras terminar la pandemia, no hay cambios sustanciales en la etapa de recuperación. cómo muestra el reporte que acabamos de difundir, la tasa de participación laboral de las mujeres es de las más bajas del mundo, el porcentaje de desempleo es mucho mayor para las mujeres ( un 16%) que el promedio general (11%) y tienen mayores condiciones de precariedad en nuestro país.

Para el sector laboral, el principal reto es lograr la participación en condiciones de igualdad. “Para ello se requiere que las labores de cuidado y domésticas tengan soluciones públicas”, insistió Gómez Hermosillo.

“Desafortunadamente los sectores económicos con mayor participación laboral de mujeres también presentan altas condiciones de precariedad. Seguramente habrá empresas y negocios que estén haciendo un esfuerzo para evitar discriminación, para mejorar remuneración de las mujeres y cerrar la brecha salarial, para ofrecer espacios de lactancia o incluso horarios flexibles, compatibles con la maternidad. Sí hay esas experiencias pero son las menos. En los datos que presenta el reporte se muestra que la gran mayoría de las mujeres o están excluidas o trabajan en condiciones precarias, desafortunadamente”.

Y es que en el estudio Raíces Económicas de la Desigualdad: Exclusión y precariedad laborales de las mujeres en México, se destaca que la principal disparidad de la mujer está en la economía.

“Las mujeres son el sector más excluido del sistema laboral, el más violentado en sus derechos a un trabajo digno y sin ingresos suficientes que les permitan superar la pobreza”, dice el estudio.

En el país hay 21.5 millones de mujeres en edad de trabajar excluidas del trabajo: 4.4 millones están desempleadas, buscando trabajo o disponibles y sin impedimento para trabajar. Además, hay 17 millones que no están disponibles debido a que realizan labores de cuidado y domésticas, sin remuneración. Estas labores no remuneradas tienen un valor económico equivalente a 26 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y aún así se les cataloga como población “no económicamente activa”.

Tomando en cuenta estos indicadores de 2005 a 2022, en estos 18 años la proporción de mujeres no disponibles por labores de cuidado y domésticas pasó de 98% a 93%; es decir, apenas bajó cinco puntos en casi dos décadas.

A ese ritmo, al país le tomaría otros 16 años bajar a 90% (en 2038) y hacia el inicio del Siglo XXII, en el año 2100, podría llegar apenas al 70%.

Las mujeres tienen una participación laboral de 40%, pero aportan el 60% del desempleo. En realidad, la tasa de desempleo de las mujeres es de 15.7%, considerando tanto a las desocupadas como a las disponibles, mientras que la tasa general de desempleo es de 11%.

Con trabajo, pero precarios

Los datos del INEGI refieren que además de las mujeres excluidas, hay 23.6 millones de mujeres con trabajo, pero 7 de cada 10 (16.3 millones) carecen de ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza y 6 de cada 10 (14.1 millones) trabajan sin acceso a los servicios de salud y protecciones de seguridad social.

Más de la mitad de las mujeres ocupadas (13.2 millones) tienen trabajos informales y más de la cuarta parte (6.1 millones) trabajan en condiciones críticas.

Si solo nos enfocamos en quienes tienen trabajo formal, de 8.4 millones de mujeres registradas en el IMSS, 4 millones, casi la mitad, carecen de ingreso suficiente, para superar el umbral de pobreza.

Pese a lo que se cree, casi 6 de cada 10 de las mujeres con trabajo formal y sin ingreso suficiente, trabajan en grandes y medianas empresas (57%).

En total hay 28.4 millones sin ingreso laboral propio, sumando a mujeres excluidas y a las que tienen ingreso cero, lo cual las coloca en condiciones de mayor riesgo y vulnerabilidad. Un dato muy preocupante es que México ocupa el lugar 145 en una lista de 179 países por su baja tasa de participación laboral de las mujeres.

La exclusión de las mujeres del trabajo remunerado es mayor a muchos países de América Latina y el Caribe, así como de la OCDE y otros países de ingreso medio alto, como México.

Es por ello que, ante este panorama, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza se suma a las propuestas para construir un sistema de cuidados, público y de calidad, progresivo e integral, que permita la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado, a la vez de que garantice el interés superior de la infancia y el derecho al cuidado para todas las personas que lo requieran.

“La desigualdad que violenta los derechos de millones de mujeres en México tiene una raíz económica: carecen de ingreso propio por no tener trabajo o, peor aún, por no poder salir a buscar trabajo y carecer del ingreso suficiente para cubrir las necesidades básicas, lo cual les impide superar el umbral pobreza”, afirma Paulina Gutiérrez, integrante de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

LEG