Nunca es buen momento para tener un diferendo con el Gobierno de Estados Unidos, y menos si la causa es el asesinato de dos de sus ciudadanos, cometido en territorio mexicano.

Aunque el “levantón’’ -secuestro no fue- y posterior homicidio de dos de los cuatro estadounidenses que habían cruzado la frontera por atención médica trató de compararse con el asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, en febrero de 1985, hay algunas diferencias pero también graves coincidencias.

Camarena fue asesinado por órdenes del capo Rafael Caro Quintero, cuando había documentado las operaciones del narco y su sociedad con algunos miembros de aquel Gobierno.

Hasta donde se sabe, ninguno de los cuatro estadounidenses “levantados’’ en Matamoros, pertenecía a alguna agencia de seguridad o policía.

Pudo tratarse, efectivamente, como se dijo en el gabinete de Seguridad, de una confusión.

Este incidente político-policiaco le sucede al gobierno mexicano justo cuando los republicanos más ultras le exigen al presidente Joe Biden que declare terroristas a los grupos de narcotraficantes mexicanos.

Ocurre cuando se ha hecho público cómo es que las bandas criminales se apropiaron de la frontera no solo para el tráfico humano sino también de estupefacientes.

¿Cómo es posible que después de que los drones de la patrulla fronteriza documentaran los campamentos de los narcos en la frontera no se tengan noticias de detenciones u operativos?

El episodio puso en los medios internacionales la fragilidad (o nulidad) de la política de los “abrazos y no balazos’’, de las instituciones de seguridad nacional y la colusión entre autoridades y delincuentes.

¿Por qué ni el gobernador Américo Villarreal ni el presidente municipal, Mario Alberto López Hernández, también de Morena y acusado por empresarios locales de extorsionarlos, hicieron público el saldo del enfrentamiento?

Parece ser que los bonos que tenía el Gobierno de López Obrador con Biden, están más que devaluados.
Y lo veremos pronto.

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Ahora que se debate en México, sobre todo en la capital del país, la conveniencia de mantener el servicio de hospedaje a través de la plataforma Airbnb, bien vale analizar su aportación a la economía nacional.

Airbnb ha generado, de 2017 a la fecha, mil 400 millones de pesos por concepto de Impuesto Sobre Hospedaje (ISH), una cifra nada despreciable considerando los apremios de la hacienda nacional.

En lugar de estar cerrando las puertas a la inversión, los gobiernos federal y local (de la CDMX) deberían de alentar este nuevo tipo de servicios.

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Mañana comienza en la ciudad de Puebla el Festival de las Ideas, un encuentro en el que se podrán escuchar las voces de los especialistas globales en temas como libertad, economía, innovación, educación, etcétera.

En el evento, que durará del 9 al 11 de marzo, impulsado por Ricardo Salinas Pliego, se podrán escuchar, entre otros, al laureado cineasta James Cameron, al psicólogo clínico más famoso del mundo, el Dr. Jordan B.

Peterson, la astronauta mexicana Katya Echazarreta y al experto en innovación, autor de múltiples best sellers, Jeremy Gutsche.

Es muy difícil que personalidades de esta talla se puedan escuchar en un solo foro por lo que bien vale darse una vuelta por el Festival de las Ideas.

Apúntelo.

LEG