mujeres y pesca
Foto: Cuartoscuro / archivo / La participación de las mujeres también es un asunto generacional porque algunas han incursionado en el sector por la enseñanza de un familiar  

La cada vez mayor participación de las mujeres en la pesca y acuacultura del país ha modificado roles de género, estereotipos y reglas sociales al interior de una actividad que era considerada exclusiva de varones, además de que contribuyen a llevar alimentos nutritivos, sanos, frescos y a precios accesibles a las mesas de la población, destacó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

En el marco del Día Internacional de las Mujeres, que se conmemora cada 8 de marzo, la dependencia federal señaló que un ejemplo son las mujeres yucatecas, quienes han ganado terreno en toda la cadena de valor de la pesca y la acuacultura durante la última década.

De acuerdo con el estudio: “Mujeres y Pesca: estudio de las condiciones de vida y de trabajo en empresas procesadoras de productos marinos en Yucatán”, realizado por especialistas del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), la participación de las mujeres también es un asunto generacional porque algunas han incursionado en el sector por la enseñanza de un familiar.

La titular del proyecto e investigadora del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera (CRIAP) en Yucalpetén, Cynthia Gutiérrez Pérez, dijo que si bien las mujeres participan en los diferentes eslabones de la cadena productiva, lo hacen de manera diferente entre un lugar y otro.

Por ejemplo, abundó, en el municipio de Progreso se encuentran más involucradas en el procesamiento de productos marinos (escama marina y pulpo) de alto valor comercial, y en Celestún, Sisal y Dzilam de Bravo enfocan su labor en la comercialización de filetes de pescado de menor valor y venta de productos con bodegas locales a través de la “pachocha” -que es un sistema de intercambio mercantil y donaciones-.

En esa última actividad, indicó, las mujeres conocidas como “pachocheras” realizan a la par limpieza de embarcaciones, descarga de capturas y en ocasiones eviscerar el producto a cambio de recibir uno o más ejemplares capturados, que después venden en alguna bodega o con intermediarios.

Gutiérrez Pérez expuso que si bien es difícil conocer el ingreso obtenido cada día, debido a su trabajo en varias cooperativas o el tipo y tamaño de las especies, estas mujeres -en su mayoría jefas de hogar- ganan entre 300 y 600 pesos por esa labor.

LEG