Cientos de mujeres de distintas edades –desde niñas hasta adultas mayores y madres buscadoras– tomaron las calles de las principales ciudades del país este 8 de marzo, para exigir una única cosa: el derecho a la vida.
Las manifestantes aprovecharon cualquier espacio: banquetas de hospitales o avenidas y distintos objetos fueron su medio para alzar la voz: con sillas de ruedas, cargando ataúdes, acompañadas de perros, con carteles y vestimenta en negro, verde, morado y rosa.
En Puebla, las pacientes con cáncer pidieron no morir por omisión, al carecer de medicamentos y tratamientos contra su enfermedad.
Por otro lado, en Toluca, Estado de México, demostraron que la falta de capacidad motriz no fue pretexto para pintar de violeta los espacios públicos.
“Levántate y lucha conmigo”, pidió una de las mujeres que iba en silla de ruedas.
En Quintana Roo fue mostrada la rabia por la inacción y poca preocupación ante los feminicidios: “Se indignan por las que marchan, no por las que mueren”, acusaron.
Morelos, epicentro de uno de los últimos casos más estremecedores para la mujer, donde la Fiscalía sostuvo que una víctima de feminicidio había muerto por una contusión, fue testigo del grito de las rastreadoras, que sin dar tregua al calvario, hoy visibilizan más su lucha. En un ataúd pintaron los nombres de las que ya no están.
En Mérida, Yucatán, se unieron a la voz de justicia y seguridad que sonó en las decenas de manchas por el Día de la Mujer.
NÚMEROS:
LA UNIÓN HIZO LAS MARCHAS
5,000 mexiquenses
aproximadamente salieron a las calles en Toluca; exigían seguridad
7, 500 protestaron
en dos movilizaciones realizadas este miércoles en Mérida, Yucatán
15,000 zacatecas
según datos preliminares, demandaron alto a la violencia de género
LEG