Tras el suceso de la semana pasada con la intervención de SVB y el fin de semana de Signature Bank, la FED entró en un dilema entre equilibrar los riesgos inmersos en el sector financiero por los movimientos acelerados en las tasas de interés desde 2021 hasta ahora, seguir tratando de controlar el riesgo inflacionario, buscar aterrizar suave a la economía para evitar deterioros en varios sectores con costos mayores en el tiempo, entre lo principal.
Sin embargo, el riesgo sobre algunos bancos puede generar un problema sistémico futuro si no se ataca desde este momento ya con lo suscitado por estos bancos y el riesgo de una “corrida financiera”.
El presidente Joe Biden salió a primera hora del lunes a destacar la estabilidad del sistema bancario estadounidense, y a garantizar la seguridad de los depósitos.
En el caso de Silicon Valley Bank hablamos de prácticamente un rescate para los ahorradores, el problema es que 96% de quienes depositaron su confianza en este banco tienen inversiones superiores a los 250 mil dólares, que es la máxima cifra que cubren los organismos reguladores, por lo que se habrán de requerir cifras estratosféricas para cubrir estos saldos.
Biden aseguró que pedirá al Congreso fortalecer las regulaciones bancarias, que la crisis no tendrá un cargo al erario y que serán los bancos quienes tengan que rendir cuentas, sin embargo, dada la polarización existente en ambas cámaras la nueva legislación podría complicarse o convertirse en moneda de cambio a un año que los votantes definan si quieren que Biden repita en el cargo.
Esto llevará a la Fed cuando menos a varias semanas de revisión de capitalización de los bancos con las pruebas de estrés que implique, si es que tienen que revisarlas nuevamente. Llama la atención que el décimo sexto banco por tamaño de activos haya quedado “insolvente” en tan sólo 48 horas.
Las carteras de los bancos son de llamar la atención. Las pérdidas en el mercado de dinero son importantes, aunque han aminorado de una semana a la fecha con el aumento en la aversión al riesgo. Seguramente algunas de las capitales pudieran ser evaluadas desde los máximos de las bolsas en 2022 a la fecha.
Este día se conocerá el dato de inflación de febrero donde se espera sea del 6.0% anual o ligeramente menor, será un indicador que dé “cierta tranquilidad” a los miembros de ir en camino a una desaceleración donde “la base estadística” ayudará también.
Así, amanecimos con un ajuste en la curva del rendimiento del bono a la baja. El piso de tasas de interés por lo pronto se ubicó en la zona de 4.80% vs. 5.40%, donde se podría inclusive estimar en la segunda parte del año, posible inicio de movimiento de baja gradual, a menos que los riesgos sistémicos se intensifiquen y obliguen a la FED a ajustar tasas más rápido.
Las bolsas están en un momento donde la liquidez juega un papel importante en medio de resultados trimestrales que no serán tan benéficos al cierre del primer trimestre del año, por lo que vemos.
Vendrá el jueves la decisión del Banco Central Europeo (BCE) que evidentemente será prudencial ante un riesgo sistémico y es probable que modere su intensidad de alza a 25 puntos en esta ocasión, en espera de ver lo que sucede en Estados Unidos.
El dólar a nivel global bajo el índice DXY estará bajo presión al no tener la FED posible riesgo de alza en tasas de interés por el momento.
@1ahuerta