El Gobierno del Reino Unido, a través del Ministerio de Defensa, publicó este lunes un documento de 63 páginas titulado “Respondiendo a un mundo más disputado y volátil” en el que se actualizan y delinean los principales ejes de la política exterior británica con respecto a Rusia y China. Y es que, para la administración del primer ministro Rishi Sunak, dichas naciones crean “peligro, desorden y división” en el mundo.
En la introducción, firmada por Sunak, se menciona que “la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia (…) y su retórica nuclear irresponsable, combinadas con la postura más agresiva de China en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán, amenazan con crear (…) un orden internacional más favorable al autoritarismo”.
En secciones posteriores, el documento menciona que el Reino Unido buscará que el gobierno ruso “rinda cuentas por sus crímenes de guerra” mientras que mantendrá su “respeto de larga data por la rica historia de Rusia y su gente”.
Sobre China, el texto refiere a que ésta “plantea un desafío que define una época y el tipo de orden internacional que queremos ver, tanto en términos de seguridad como de valores”. Sobre el gobernante Partido Comunista, se explica que busca dar “forma a una gobernanza global (…) que socave los derechos y libertades individuales” y normalice “prácticas coercitivas”.
El endurecimiento de Londres con Moscú y Beijing no es nuevo. Tras la invasión a Ucrania en febrero de 2022, el entonces gobierno de Boris Johnson prácticamente rompió relaciones con el régimen de Vladímir Putin. El Reino Unido implementó diversas sanciones económicas a negocios rusos en su territorio, incautó activos de empresarios ligados al putinismo, suspendió el comercio con Rusia y hoy es de los mayores contribuyentes de ayuda militar a Ucrania. Estas posturas no se relajaron con Liz Truss ni, al momento, con Sunak.
En el caso de China, en noviembre, Sunak declaró que la “era dorada” de las relaciones entre ambas naciones había “terminado”. En aquél momento, el jefe de gobierno reconoció que China “avanza hacia un autoritarismo aún mayor”, y admitió que fue “ingenua” la noción occidental de que “el comercio conduciría automáticamente a la reforma” de ese país.
En octubre de 2022, el fugaz gobierno de Truss anunció que China sería designada oficialmente como una “amenaza” para el Reino Unido. El país ya había sido categorizado como un “competidor sistémico” en marzo de 2021 con Johnson, lo que fue visto con recelo por Beijing.