Consultado por políticos, capaz de convencer a sus pares de poner miles de millones sobre la mesa, el jefe de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, ha jugado, como en 2008, un papel central en el rescate de un banco.
La empresa en cuestión, First Republic, aún no está fuera de peligro, el precio de sus acciones sigue perdiendo casi 25% en Wall Street el viernes.
Pero al comprometerse a depositar 30 mil millones de dólares en las cuentas de First Republic, once de los principales bancos estadounidenses le dieron un salvavidas.
Jamie Dimon, de 67 años, estuvo muy involucrado en la implementación del plan.
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El capo del mayor banco estadounidense por activos ya había acudido al rescate en plena crisis financiera de 2008, al comprar Bear Stearns y ciertos activos de Washington Mutual. Su gestión prudente había permitido a JPMorgan Chase resistir bastante bien las convulsiones del sistema bancario.
Estas adquisiciones hicieron crecer a la empresa, pero también le generaron una gran cantidad de quejas relacionadas con productos financieros tóxicos recuperados en el proceso y miles de millones en costos legales. Jamie Dimon ha dicho repetidamente que probablemente no debería haberse hecho cargo de Bear Stearns.
No se trataba esta vez de adquirir otro banco en dificultades. Pero Jamie Dimon habló por teléfono esta semana con la ministra de Economía, Janet Yellen, y con el presidente del Banco Central, Jerome Powell, según tres fuentes familiarizadas con las conversaciones.
Un banquero respetado
El objetivo de sus charlas: encontrar la forma de revivir la confianza en el sistema bancario, sacudido tras las sucesivas quiebras de tres bancos en pocos días, entre ellas la del Silicon Valley Bank, la mayor quiebra bancaria desde 2008.
Jamie Dimon también se reunió en su oficina con el viceministro de Economía Wally Adeyemo al inicio de la crisis el 10 de marzo, según el New York Times.
El gobierno implementó fuertes medidas el domingo para evitar el contagio, JPMorgan ya aceptó de pasada proporcionar efectivo a First Republic.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este lunes que hará “lo que sea necesario” para mantener fuertes a los bancos. Pero la situación seguía siendo frágil.
Janet Yellen sugirió reunir a los propios bancos, según una fuente familiarizada con las discusiones.
Una vez esbozada la idea, había que persuadir a los interesados.
Bank of America, Citigroup y Wells Fargo rápidamente dieron su acuerdo, según fuentes cercanas a las discusiones que revelaron el trasfondo de las negociaciones.
Para persuadir a otros jefes, menos convencidos del interés de ayudar a un competidor o de la efectividad de tal medida, Jamie Dimon y Janet Yellen tomaron sus teléfonos.
El jefe de gabinete de Joe Biden, Jeff Zients, y Lael Brainard, directora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, recibieron actualizaciones periódicas.
El jueves, cuando las acciones de First Republic cayeron nuevamente y luego de una audiencia en el Congreso con Janet Yellen, Jamie Dimon se reunió con el ministro en su oficina para discutir los detalles finales.
Poco después se publicó un comunicado de prensa anunciando la acción concertada de los bancos.
Jamie Dimon “es muy respetado por sus pares”, señala Jeffrey Sonnenfeld, especialista en liderazgo y gobierno corporativo de la Universidad de Yale.
“Habla con experiencia, autoridad y una claridad excepcional”, explica. “Y lo ha estado haciendo durante mucho tiempo”.
Al frente de JPMorgan desde 2005, Jamie Dimon es, de hecho, el único jefe de un gran banco que sigue en el cargo después de atravesar la crisis financiera de 2008.
“Nadie más tiene su autoridad y credibilidad. Todo el mundo responde cuando llama, especialmente en finanzas”, dice Sonnenfeld.
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Su intervención para First Republic recuerda la del fundador del banco que ahora dirige, John Pierpont Morgan, en octubre de 1907.
Una figura prominente en las finanzas estadounidenses, había contribuido con fondos sustanciales para tratar de evitar la propagación de los primeros signos de pánico bancario.
Mientras la crisis se prolongaba, había logrado coordinar a los jefes de las principales instituciones financieras y el Departamento del Tesoro, en particular reuniendo a varias docenas de ellos una noche en su biblioteca y no permitiéndoles irse antes de obtener un acuerdo.
El episodio condujo indirectamente a la creación del sistema de la Reserva Federal (Fed) en 1913.
LDAV