Continuidad. Unidad. No regresarán los oligarcas. El PAN, fundado un año después de la expropiación petrolera y para combatir al presidente Cárdenas en 1939, como ahora, es el opositor central del proyecto político y del Gobierno popular que, entonces encabezó Lázaro Cárdenas y ahora lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si alguien zigzaguea, no es parte de este proyecto.

Quien quiso escuchar lo hizo y quien quiso sonreír y aplaudir también. Ahí estaban, en este orden, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

De todas maneras, todos permanecen enrutados y con el abrazo retórico y político de AMLO. La obviedad dispara sus rayitos de luz. Quien se salga… está afuera; quien se quede, tal vez no.

En el templete y fuera de él, múltiples mensajes se dirigen al mismo propósito: evidenciar que la oposición a AMLO tendrá una enorme dificultad para tener éxito. Lo demuestran el poder del apoyo popular, del Gobierno y de candidaturas perfiladas, cada una, es más sólida que cualquiera de los adversarios a Morena.

Y viene la victoria de Delfina Gómez, aunque los apoyadores del PRI en el Estado de México aseguran que una diferencia de 10 puntos porcentuales a favor de la maestra, mostrado en todas las encuestas, “es empate técnico”. La joya de la corona electoral, sin ser indispensable, se hará contundente. Pronósticos y vaticinios funestos para la oposición.

No hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver, decían las mamás del siglo pasado.

Los análisis más afinados de la oposición no escapan al límite de mencionar lo presuntamente evidente: el Presidente tiene confianza en ganar con la mayoría representada en el Zócalo; es más un líder de masas que un mandatario de escritorio —los números de producción petrolera son más bajos que los establecidos en las metas—; avanzará Claudia Sheinbaum porque es quien más se acerca a la persona que puede tener tanto el apoyo del movimiento y del Presidente como lo hubiera podido tener el general Francisco J. Múgica en la sucesión presidencial definida en favor del moderado Manuel Ávila Camacho en aquel lejano 1940.

El error no se repetirá, se indica abiertamente y entre líneas. El mensaje es para los varios círculos y las diversas audiencias.

¿Acarreados? En vez de una comprensión superior del fenómeno de la interacción entre lo que Maquiavelo llama El Príncipe y el poder político, y de ambos con los electores, los adversarios se repliegan a su propia polarización descalificatoria.

Los opuestos a AMLO buscando las “chiras pelas sin tu muerto”, pero carecen de canicas. Los mayores de edad y los jóvenes del mundo digital disputan el territorio material y en las redes sociales. Sin embargo, el escenario no parece modificarse a favor más que de la continuidad del cambio de régimen. Tiempo Nuevo.

 

@guerrerochipres