“Suponemos, de que se enteraron que iban a ser deportados, movilizados, y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas del albergue y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”.
Así justificó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador el siniestro en el que murieron al menos 38 migrantes en una instalación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua.
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De acuerdo a una grabación de seguridad, cuya veracidad fue confirmada por la Secretaría de Gobernación, la puerta del “albergue” se trataba de una reja estilo prisión, cerrada con un candado, la cual, pese a patadas por los migrantes en su desesperación por escapar y la visible indiferencia de los guardias, no pudo ser abierta.
Al respecto, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dijo que “el Estado Mexicano está en la absoluta disposición de esclarecer los hechos”.
Informó que esperarán a que concluya el peritaje para dar atención puntual a los requerimientos de las autoridades judiciales.
El titular de Segob, reconoció el trabajo de los bomberos, la Cruz Roja, Protección Civil, Guardia Nacional y Ejército Mexicano, el Imss, Issste, quienes apoyaron en el rescate y atención a las víctimas.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR) informó que abrió una investigación por el incendio en una estación migratoria, en Ciudad Juárez, con un saldo de al menos 38 fallecidos.
LEG