La cuenta oficial del Dalái Lama minimizó a través de redes sociales las críticas realizadas por un beso y pedirle que le chupara la lengua a un niño en un evento de la Fundación M3M ante jóvenes de la India.
“Su Santidad suele bromear con la gente que conoce de forma inocente y juguetona, incluso en público y ante las cámaras. Lamenta el incidente”, indicó como disculpa hacia el menor, que organizaciones consideran una justificación a su “agresión”.
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De acuerdo con Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, “esta agresión no es un hecho aislado”. Según Pérez, nuevamente el pacto patriarcal protegerá al jerarca religioso: minimizándolo a “una broma”, no se iniciará ninguna investigación oficial porque “no hay denuncia” y se evitará asociar con el #MeTooGuru y denuncias previas .
También Arturo Zaldívar, ministro y expresidente de la Suprema Corte en México, se pronunció en contra del hecho. La Cecodap, organización venezolana que promueve la defensa de los derechos humanos de la niñez, aseguró que “ningún relativismo religioso justifica la agresión sexual”.
De acuerdo con la “Postura de Unicef respecto a la explotación, el abuso y el acoso sexual”, que no se ha pronunciado sobre este hecho, “se considera acoso sexual cualquier insinuación sexual inapropiada (…) conducta física, verbal o gestual de carácter sexual, así como cualquier otro comportamiento de carácter sexual que se espere o se perciba que pueda causar una ofensa o una humillación a otra persona”.
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