Habitantes del poblado San Antonio de las Tejas, en Coyuca de Catalán, Guerrero, son los únicos que hasta ahora no se han levantado en armas para enfrentar a la Familia Michoacana, grupo criminal que intenta incursionar en su territorio de 19 mil hectáreas, donde se cultiva aguacate, durazno, limón y manzana.
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La postura de los habitantes que regresaron a sus hogares después de desplazarse al municipio de Tecpan en busca de ayuda es la misma; son campesinos y rechazan cualquier tipo de autodefensa porque la seguridad pública le corresponde al Gobierno, afirman.
El lunes 3 de abril, 34 familias de San Antonio de las Tejas huyeron de sus hogares para refugiarse en la costa grande, ante la amenaza de un grupo armado de irrumpir en la comunidad para controlar los cultivos de 600 hectáreas.
En Tecpan, las familias protestaron por la falta de respuesta de las autoridades y dos días después, el miércoles 5 de abril, retornaron a su comunidad resguardadas por soldados del Ejército mexicano y las policías Ministerial y estatal.
Los habitantes de San Miguel de las Tejas intentan hacer su vida de manera normal pero resguardados por las fuerzas de seguridad del Estado.
Este poblado ubicado en la sierra de Guerrero, a ocho horas de Acapulco, estaba conformado por 64 familias, pero después del 7 marzo varias de ellas se desplazaron ante la amenaza del crimen organizado.
LEG