Miles de personas convergen en el valle de Coachella, en California, para el famoso festival de música en el desierto que comienza este viernes y que por primera vez está liderado por artistas internacionales.
El gigante del reguetón Bad Bunny, las estrellas del K-pop Blackpink y el influyente artista R&B Frank Ocean lideran la edición 2023 de Coachella, el evento que se realiza durante dos fines de semana de tres días y que marca el comienzo del circuito de conciertos del verano estadounidense.
El primer fin de semana, que apunta a ser histórico con el puertorriqueño Bad Bunny, el artista más reproducido del mundo y el primer latino y de habla hispana en liderar el festival.
Y las surcoreanas de Blackpink, fenómeno del K-pop, son las primeras asiáticas en conquistar una posición en horario estelar en el famoso evento musical.
Ambos shows estrenaron en Coachella en 2019, y su éxito abrió la puerta a la posición más importante del festival en esta edición.
Frank Ocean, primer hombre queer en ser cabeza de cartel del festival, estaba previsto para 2020, edición que se canceló debido a la pandemia del covid-19.
Se espera que el aclamado músico de R&B, que no lanza un disco desde “Blonde” (2016), traiga material nuevo al festival.
Estos cabezas de cartel, especialmente el puertorriqueño Bad Bunny, son algunos de los artistas que más expectación generan desde que Beyoncé cerró la edición de 2018 con su reverenciado espectáculo “Homecoming”.
Pero a pesar de su poderío y vigencia en la escena musical, expertos de la industria se sorprendieron con la decisión de colocarlos al frente de la fiesta en el desierto.
“Se sorprenden porque no ven esto como cultura estadounidense dominante”, dijo Vanessa Díaz, quien enseña el curso “Bad Bunny y resistencia en Puerto Rico” en la Universidad de Loyola Marymount.
“La gente no se lo creía, porque no parecía una representación de la música popular estadounidense, como en otras ediciones de Coachella”, dijo.
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– Fuerza latina –
La edición que arranca este viernes trae el mayor cartel internacional de la historia de Coachella, con la estrella española Rosalía, la islandesa Björk y el músico nigeriano Burna Boy.
La oferta latina, que el año pasado estuvo encabezada por estrellas como Karol G y Anitta, trae en esta edición además a la nacida en California Becky G, la colombiana ganadora del Grammy Kali Uchis, el fenómeno Eladio Carrión, y la vanguardia argentina de Los Fabulosos Cadillacs, entre otros.
El festival incluyó además una sorpresa de último minuto, con el anuncio el miércoles en la noche de la presentación del trío Blink-182 el viernes, show que marcará la primera aparición pública de Tom DeLonge, Mark Hoppus y Travis Barker desde 2014.
Por Europa, la belga Angele debutará en Coachella, mientras que la francesa Christine and the Queens, que ha cantado bajo el nombre Redcar, regresará al prestigioso festival luego de maravillar las audiencias en la edición de 2019.
El productor electrónico Jai Paul se subirá al escenario para el primer perfomance público de su carrera, y el dúo de jazz Domi and JD Beck llegará al desierto pocos meses después de su nominación a los Grammys.
Diljit Dosanjh se convertirá en el primer cantante punjabí en actuar en Coachella, y el intérprete, compositor y autor pakistaní Ali Sethi también tocará un set.
Para CedarBough Saeji, profesor de estudios coreanos y del este asiático que se especializa en K-pop, un cartel global llega atrasado.
“La industria de la música estadounidense, quienes toman las decisiones en Estados Unidos, no son necesariamente los más arriesgados”, dijo a AFP. “Quieren seguir indicaciones claras de la demanda del público, en lugar de tomar riesgos”.
La banda virtual inglesa Gorillaz también actuará este fin de semana así como Blondie, el actor y DJ Idris Elba, y el dúo electrónico The Chemical Brothers.
Coachella se celebrará durante dos fines de semana de tres días de forma consecutiva, del 14 al 16 de abril, y del 21 al 23 de abril.