Desde que el presidente, Andrés Manuel López Obrador se enteró que podía matar al Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Inai) que tanto le estorba a su retórica del combate a la corrupción, no lo dudó ni un segundo y primero vetó a los dos comisionados nombrados por el Senado y luego le mandó decir a su bancada que le dieran un “impasse”.

La semana pasada, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, fue al Senado con un mensaje claro del Presidente para los legisladores de Morena, del PT, del PVEM y del PES: “yo creo que estamos en el mundo ideal, nosotros no tenemos ninguna urgencia porque se nombren en estos momentos”, a los comisionados, les dijo.

¿Cómo no va a estar en un mundo ideal, si lo que menos tiene este Gobierno es transparencia?

El Inai, surgió ante las exigencias sociales por transparentar la vida pública y consolidar el sistema democrático en México. A él acudimos los ciudadanos para hacer solicitudes de acceso a la información pública y con ello conocer, por ejemplo: cuánto ganan nuestros gobernantes, en qué se gastan el recurso público, o acceder al título del Presidente, como se resolvió en la última sesión de este instituto antes de que empezara el “impasse”.

Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022 se realizaron casi 380 mil solicitudes de información pública y datos personales.

En ese mismo período las dependencias con mayor número de solicitudes fueron la Suprema Corte de Justicia de la Nación (76,590), la Cofepris (21,418), el IMSS (14,016) la SEP (6,951) y la Secretaría de la Defensa Nacional (6,591).

Algunos de los casos de corrupción que los mexicanos pudimos conocer gracias a la entrega de documentos a través del Inai, fue el de Odebrecht, donde se hicieron 316 solicitudes de información y 22 recursos de revisión.

Y no olvidar la masacre de Tlatlaya, donde el Inai ordenó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) difundir en su totalidad la investigación acerca del caso en el que 22 civiles murieron en un operativo militar en ese municipio del Estado de México.

Sin embargo, el Gobierno de la 4T se ha negado a dar información sobre la compra de las vacunas contra Covid-19 o los convenios para adquirir el software de espionaje Pegasus, bajo el argumento de que son considerados temas de seguridad nacional.

No queda duda de que López Obrador está ¡por fin! disfrutando del mundo ideal, ese que le permite hacer compras sin rendir cuentas, el que le permite adjudicar contratos a sus amigos y familiares sin que nadie se entere y permite a sus secretarios desviar recursos sin castigo.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

Al secretario Adán Augusto López se le viene otra tormenta encabezada por colectivos feministas, legisladoras, alcaldesas y hasta gobernadoras que se pronunciarán en contra de los espectaculares donde, para promoverse, se observa al titular de la Segob en primer plano y atrás de él a Claudia Sheinbaum, con una imagen poco favorable, por lo que ya se preparan las denuncias por violencia política en razón de género.

 

    @aguilarkarina