Pancho Graue

El debate del próximo jueves 20 de abril, entre las candidatas a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez (Morena) y Alejandra del Moral (alianza Va por el Edomex), podría ser un punto de inflexión de una campaña gris, opacada por el protagonismo de AMLO y sus esfuerzos por dinamitar lo que queda de las instituciones en México.

Delfina, quién ya perdió la elección en 2017, parece llevar alguna ventaja sobre Alejandra; sin embargo, ambas saben que esos números podrían cambiar con el voto de esa mayoría silenciosa que ha dominado en las elecciones recientes: el abstencionismo.

El abstencionismo en México, no es ni pereza ni indiferencia, es la expresión del rechazo de los ciudadanos al sistema político mexicano vigente y a todos los partidos políticos.

El Edomex representa, tal vez como ningún otro estado del país, ese complejo mosaico que es México; allí conviven la riqueza y la pobreza casi pared con pared, zonas con alto desarrollo económico y social a la par de zonas marginales carentes de servicios públicos elementales. Al igual que la CDMX, el Edomex está dominado por una clase media que busca progresar y mejorar las condiciones de vida de sus familias.

Si Alejandra logra conectar con estas clases medias urbanas del Edomex, descalificadas por AMLO por “aspirasionistas y conservadoras”, podría cambiar el rumbo de la elección.

Por esa razón, Delfina se oponía a presentarse a este primer debate, pues un mal resultado, podría reducir o eliminar su ventaja. Delfina no puede ir en contra de AMLO y desconocer sus dichos en contra de las clases medias. A Delfina, los “programas sociales clientelares”, le aseguran a los votantes más desfavorecidos pero no le son suficientes para ganar la elección.

Para Alejandra del Moral ha sido muy complicado poder representar a una alianza que no ha sabido comportarse como tal, los partidos integrantes: PRI-PAN-PRD-NA están más comprometidos con sus problemas internos que con las campañas en curso.

En el caso de Del Moral, a diferencia de Gómez, el primer debate es su más clara oportunidad de presentarse ante los electores como una alternativa de gobierno; tendrá que ser “realmente valiente” y no presentarse como el continuismo del Gobierno de Alfredo del Mazo, que para muchos mexiquenses significa muy poco a nada. No necesita romper, pero sí separarse.

Si Alejandra consigue enviar un mensaje “antisistema” y evitar el debate excluyente de la 4T habrá dado un gran paso. Si algo necesitan -y esperan- las clases medias son gobiernos que defiendan las instituciones de salud, de seguridad, de certeza jurídica, etc. Pero también necesitan gobernantes inteligentes, incluyentes, creíbles y talentosos. O sea, lo contrario a Delfina.

Esta última y Horacio Duarte estarán ahora mismo construyendo las cuentas que le aseguren el triunfo virtual de, “¿Quién ganó el debate?”, así como las encuestas que lo “certifiquen”. Necesitan urgentemente imponer la idea del triunfo inevitable de la morenista.

La geografía y convivencia del Edomex con la CDMX hacen que esta elección tenga implicaciones en el futuro de los aspirantes morenistas a la presidencia en 2024. Claudia Sheinbaum y los recursos de su Gobierno serán un factor importante en la elección del Edomex.

Si Alejandra del Moral se impone en el primer debate, se encenderán todas las alertas en la 4T y tendrán que recurrir a la artillería pesada: AMLO, gobernadores, etcétera. Ahora imagine el escenario si Delfina pierde la elección.

Si usted es mexiquense por favor vea el debate, participe e involúcrese, nuestro futuro podría estar en sus manos.

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