La atleta escocesa Joasia Zakrzewski, tercera en el ultramaratón entre Mánchester y Liverpool (80 km) el pasado 3 de abril, fue descalificada por el organizador de la prueba tras admitir que había realizado una parte del trayecto en coche.
Según la cartografía GPS usada durante la prueba, se demostró que Zakrzewski, una doctora escocesa de 47 años que reside en Australia, había cubierto un tramo de 2,5 millas (de las 50 que tiene la prueba) en un tiempo de un minuto y 40 segundos, un tiempo imposible para un humano en una distancia de cuatro kilómetros.
La atleta explicó a la BBC que a mitad de carrera comenzó a encontrarse mal, a sufrir dolores, y que aceptó subir al coche de un amigo con la intención de decir a los jueces del siguiente punto de control que se retiraba de la prueba.
“Les dije que me retiraba, que había hacho una parte en coche, pero me dijeron que me arrepentiría si me retiraba”, declaró a la prensa británica. “Acepté volver a la carrera, aunque sin competir”.
Pero cuando cruzó la meta en tercera posición, se encontró con que le colgaban una medalla y tuvo que posar para las fotos, sin tener el valor suficiente para rechazar esos honores.
“Cometí un terrible error al aceptar la medalla y debería haberla devuelto”, admitió.
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“Estaba cansada, noté el cambio horario y no me encontraba bien”, se justificó, precisando que había llegado de Australia la noche anterior a la carrera.
“Levanté los brazos, pero estaba confusa y no tenía las ideas claras”, añadió para justificar su actitud al cruzar la meta.
“No lo hice con mala intención, hubo un error de comunicación de mi parte”, concluyó.
En 2014, Zakrzewski acabó en la 14ª posición el maratón de los Juegos de la Commonwealth en Escocia y tiene varias marcas de referencia en carreras de larga distancia.