El pasado 15 de abril, Keila A.M.P. de 21 años fue agredida con fuego por un hombre en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca; tras el ataque, se encuentra en terapia respiratoria bajo ventilación mecánica, aunque su estado de salud se reporta como estable, confirmó el Gobierno de la entidad.
Al respecto, la activista María Elena Ríos, quien fue víctima de un ataque con ácido, urgió al traslado de la joven a la Ciudad de México para su atención médica debido a que el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso “no tiene la condición para salvaguardar, proteger y rescatar una vida, un cuerpo quemado”.
La también saxofonista pidió frenar la intimidación contra los familiares de la mujer que fue atacada por su pareja Carlos N, tras rociar en ella una sustancia flamable y prenderle fuego, lo que causó heridas en 15% de su cuerpo.
La joven recibe atención médica prioritaria y la mayoría de las quemaduras que presenta en la cara son de segundo grado superficial y algunas profundas que sólo requieren manejo por la clínica de heridas.
La Secretaría de Salud estatal confirmó que solicitó atención de tercer nivel al Hospital Rubén Leñero en CDMX para atender el manejo posterior de la cicatrización de las heridas que sufrió.
FISCALÍA ATIENDE EL CASO
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) informó que el agresor, identificado como Carlos N, fue detenido bajo el supuesto de flagrancia y presentado ante un juez por el delito de feminicidio en grado de tentativa.
Posteriormente la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos contra la Mujer por Razón de Género lo llevó a audiencia de control de detención y el Juez calificó la detención como legal.
Se confirmó la imputación del hombre y solicitó su vinculación a proceso.
El imputado y su defensa se acogieron al término constitucional, por lo que será mañana cuando se resuelva su situación jurídica.
La FGEO recalcó que las agresiones en contra de las mujeres por razón de género son parte de la agenda prioritaria, por lo que un equipo especializado atiende a las víctimas directas e indirectas para garantizar su acceso pleno a la justicia.
El 3 de noviembre, el Senado aprobó por unanimidad castigar con 7 a 13 años de prisión los ataques en los que se use ácido o cualquier sustancia corrosiva y la pena podrá elevarse cuando exista o haya existido relación de parentesco, sentimental, afectiva, laboral o de confianza, entre el agresor y la víctima.
Frase:
Quiero que sepa toda su familia de Keila que cuentan conmigo y no solamente conmigo, sino con el respaldo de toda la sociedad civil para que se haga justicia”
MARÍA ELENA RÍOS
Activista y saxofonista
LEG