El consumo mundial de vino y champán cayó ligeramente en 2022, a causa del alza de los precios de las botellas y la caída del poder adquisitivo derivada de la inflación, indicó este jueves la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
El consumo mundial en 2022 fue de unos 232 millones de hectolitros, un 1% menos que el año anterior, según la OIV.
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Y es que tras la recuperación del año 2021, debida al levantamiento progresivo de las restricciones anticovid, “la guerra en Ucrania y la crisis energética asociada, junto con las disrupciones en la cadena de suministro mundial, provocaron un aumento de los costes de producción y distribución”, indica la OIV.
La inflación mundial mientras tanto se mantiene en niveles altos, “y los precios del vino no van a bajar” en los próximos meses, advirtió en rueda de prensa el director general de la organización, el español Pau Roca.
Sin embargo, las exportaciones de vino batieron un nuevo récord en valor en 2022, pese a las dificultades logísticas, que redujeron un 5% los volúmenes enviados, a 107 millones de hectolitros.
Bajo el efecto de un alza del 15% del precio medio de las botellas, las exportaciones alcanzaron el año pasado los 37.600 millones de euros (unos 41.000 millones de dólares al tipo de cambio actual), “la cifra más alta jamás registrada” de acuerdo con la OIV.
“El consumo ha cambiado de manera importante: los vinos tintos pierden cuotas de mercado, mientras que otras categorías como el espumoso o el rosado están ganando espacio”, explicó Pau Roca.
Igualmente, los vinos de alta gama, consumidos por una clientela adinerada, resisten a las dificultades.
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Italia, Francia y España produjeron más de la mitad del volumen mundial de vino en 2022, un año en el que la producción global, estimada en 258 millones de hectolitros, se redujo apenas un 1% respecto a 2021.
“Esto se debe a un volumen de cosecha superior al previsto en Europa, a pesar de la sequía y las olas de calor durante la primavera y el verano, y al nivel de producción medio registrado en el hemisferio sur”, explicó la organización.
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De manera general, el consumo de vino está bajando “a un ritmo regular” desde 2018, arrastrado por una disminución constante del consumo chino, que sólo en 2022 cayó un 16%.
Estados Unidos, por su lado, sigue siendo “el mayor consumidor del mundo” y el primer importador, puntualizó Pau Roca.